Europa busca su lugar

La dependencia del viejo continente con respecto a EEUU en áreas como Defensa, energía y escasez de materias primas acentúan la tensión entre las potencias con Ucrania de fondo

Antonio Costa y Úrsula Von der Leyen reciben a Volodímir Zelenski a su llegada a Bruselas, la semana pasada.

Antonio Costa y Úrsula Von der Leyen reciben a Volodímir Zelenski a su llegada a Bruselas, la semana pasada. / Efe / Olivier Matthys

Eva García

Eva García

La escalada en la tensión de Europa y Estados Unidos, con la guerra de Ucrania de fondo, ha ido creciendo en los últimos días. Las reuniones se mantienen al más alto nivel y para ver resultados habrá que esperar. Lo que puede suceder en los próximos meses es «totalmente impredecible». Así lo asegura Miguel Ángel Lucía Asín, director de Relaciones con la Unión Europea y Asuntos Internacionales de Cepyme Aragón. En primer lugar, porque entra en juego Trump, que «ha cambiado los parámetros con los que nos veníamos entendiendo desde hace cien años». Y por otro, por los propios problemas internos de la Unión Europea. Pero ¿cuáles son?

Según Lucía Asín, uno de ellos sería la «fragmentación política», mayor que nunca, debido al «auge de nacionalismos y populismos», que no facilita la toma de decisiones estratégicas como unidad. También el descontento y la «poca afectación del ciudadano en los temas europeos», como queda demostrado que en las últimas elecciones europeas, solo el 49% de los españoles acudió a las urnas. La población, asegura el experto, no está sensibilizada con que «Europa es la solución, nunca el problema». Y el tercero de los problemas y consecuencia de los anteriores, es la falta de capacidad para «actuar de forma cohesionada» que unido a la «crisis de gobernabilidad» forman un «cóctel terrible». 

Pero además, estas asperezas surgidas entre la UE y Estados Unidos ha sacado a la palestra otras claves, como es la «dependencia de Europa de terceros países». Así es el caso de la defensa, que Trump «ha puesto encima de la mesa», ya que EEUU ha sido el encargado de defender Europa desde la primera guerra mundial; también a Ucrania. Que deje de hacerlo implica un incremento importante de gasto para los países del viejo continente.

Un flujo de casi 850.000 millones de euros al año

La economía está en juego. La UE exportó en 2023 502.000 millones de euros a EEUU; e importó del gigante norteamericano, 340.000 millones de euros; lo que supone un movimiento de casi 850.000 euros. Pero si Trump impone aranceles a los productos europeos y Europa responde con la misma moneda, el resultado será «la reducción del flujo económico» entre ambos y, por tanto, las empresas tendrán que dejar de producir «y necesitarán menos empleos» salvo que surjan nuevos mercados que suplan esa diferencia. El conjunto de operaciones entre la Unión Europea y EEUU representan el 30% del comercio mundial de bienes; y el 43% del PIB.

Otras cifras importantes es que en la UE hay más de 32 millones de empresas que generan 160 millones de puestos de trabajo; de esas, 26 millones y 102, respectivamente son pymes y "una parte muy importante, unipersonales", es decir, autónomos.

La UE representa el 6% de la población mundial, el 18% del PIB y la inversión en I+D es del 2,2%, una cifra muy inferior a la de EEUU; y también es inferior la inversión en defensa, que es del 1,5% del PIB.

Pero esa dependencia también es energética porque Europa «no se puede abastecer ella sola». En estos momentos «vamos camino de ello, pero no por las renovables sino porque parece que estamos retomando el único sistema de producción de energía a un costo razonable, que es la energía atómica». Y es que tal y como señala Lucía, «mientras dependamos de comprar petróleo y gas fuera de Europa, estaremos en manos de cualquiera que los tenga».

También hay déficit en las materias primas, porque también somos dependientes; y eso hace que «suban los costos de producción» cada vez que hay una discusión política importante. Y, por supuesto, en producción industrial, porque hasta ahora se apostaba por la «deslocalización», una visión que ya está cambiando porque «si surge un problema con un país, se cae la producción». Todo esto supone una falta de productividad y, por tanto, de competitividad. 

Aranceles y gasto en defensa son temas de los que se está hablando mucho en los últimos días. En cuanto a los primeros, si se aplica el 25% a los productos europeos, «menos competitivos per se que los estadounidenses», afecta a las empresas que pierden un mercado; y aunque Europa ponga aranceles «seguirán siendo menos competitivos».

Más gasto en defensa

Y respecto a defensa, ¿de dónde sacamos el dinero para aumentar del 1,5% del PIB el gasto en defensa al 5%? Los países, señala Lucía, «están dispuestos a poner ese dinero encima de la mesa porque lo lógico es que Europa sea autosuficiente».

Ese asumir «nuestra propia defensa» implica «crear una nueva industria» que junto a la farmacéutica son las que «crean innovación y desarrollo tecnológico, que son las que tiran del resto». Hace años ya estaba prevista la creación de un sistema de seguridad, que se ha ido dejando porque EEUU «nos defendía... hasta ahora», señala.

Esa defensa afecta a «varias áreas» como la economía, el empleo y, también, al estilo de vida europeo» y si eso varía «podemos tener problemas». A la pregunta de si tras estas tensiones saldrá Europa más fuerte, Lucía Así responde que «Europa siempre se ha reforzado con la crisis» como demuestra la época de la pandemia, cuando «se tomaron decisiones muy rápidas y fueron capaces de ponerse de acuerdo».

El experto también considera, aunque todo está muy candente, es que pese a que Trump ganara en EEUU hay «un 40% de la población que son demócratas»; y cuando los cambios afecten a la economía y lleve al desempleo o que empresas de EEUU tengan que cerrar, habrá que esperar su reacción.

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