Apuntes emocionales
¿Te has sentido frustrado alguna vez? Aprende a manejar esta emoción de manera saludable en 9 pasos
La Asociación aragonesa de Psicopedagogía ha preparado un listado de consejos para saber gestionar esta emoción

Primer plano en el retrato de niño frustrado / Freepik
Toñi Morcillo Barrilero
Es una emoción compleja que todas las personas llegamos a experimentar algunas veces en nuestra vida. Generalmente, la sentimos cuando las cosas no nos salen como queríamos, cuando no conseguimos alcanzar el objetivo planteado o cuando nos enfrentamos a cualquier tipo de problema que, a priori, creemos no poder resolver. Las manifestaciones de la frustración pueden ser la irritabilidad, el enojo, la tristeza o el desánimo, entre otras. Ante esta emoción, las personas pueden reaccionar con tolerancia a ella: que las cosas no nos salgan como planeamos es algo que forma parte del proceso y que puede ocurrir; estas son las personas con alta tolerancia a la frustración; o bien, las personas no aceptan que las cosas pueden salirnos mal o de manera diferente a como habíamos pensado, son las personas intolerantes a la frustración. Esto les pasa a muchas personas y fue el psicólogo Albert Ellis el que le dio nombre por primera vez: poca tolerancia a cometer errores o fallos.
La frustración siempre nos hace sentirnos mal, nos genera estrés y tendemos a evitar la situación que nos frustra o rendirnos ante ella. Utilizamos el derrotismo para evitar el dolor, el malestar que nos ocasiona no conseguir lo que queríamos. Generalmente, las personas con baja tolerancia a la frustración quieren obtener recompensas y/o placer inmediatos. No toleran los resultados a medio-largo plazo; todo tiene que ser ya, por eso evitan las situaciones, sienten ansiedad ante ellas y abandonan.
¿Te has sentido así alguna vez?
Si detectas que algo parecido a lo descrito anteriormente te está sucediendo, intenta seguir estas estrategias que te van a ayudar a manejar la frustración de manera saludable y a bajar el nivel de ansiedad y estrés que experimentas en esas situaciones que no salen como habías previsto. Abandonar la tarea que no sale o evitar la situación que nos supera nunca es la solución, porque ambas cosas te hacen sentir mal.
- Autoconciencia emocional: Cuando te sientas frustrado, para y mírate a ti mismo, haz un ejercicio de introspección: qué sientes y cómo te sientes. Puedes anotarlo en tu cuaderno personal si eso te ayuda. Se trata de que seas consciente de tu frustración.
- Aceptación: Sentirse frustrado es normal, nos pasa a todas las personas. No te juzgues por ello, así podrás afrontar la situación de una manera más calmada.
- Identificación de desencadenantes: Es importante que identifiques qué es lo que te ha llevado a la frustración, escríbelo, si eres capaz de identificar los desencadenantes o algunos de ellos podrás anticiparte a los mismos en próximas ocasiones y afrontar la situación de otra manera y evitar estos factores que te han llevado a sentirte mal. Por ejemplo: has realizado un examen que llevabas muy bien preparado, pero que no te ha dado tiempo a terminar y has sacado solo un suficiente. Si analizas qué es lo que ha pasado puede ser que hayas gastado mucho tiempo en utilizar colores, marcadores o que has querido hacerlo de manera tan perfecta que se te ha pasado el tiempo sin darte cuenta. Pues ya sabes lo que no tienes que hacer la próxima vez.
- Divide el problema paso a paso: Aquellas situaciones que te supongan una frustración requieren que las dividas en partes más pequeñas y abordables, que las afrontes de una en una buscando alternativas para superar los obstáculos. Esto hará que te sientas capaz de resolver situaciones que supongan un desafío para ti.
- Paciencia y tolerancia: Sé paciente y tolerante, mantén la calma en situaciones estresantes, sé más comprensivo contigo mismo y con los demás.
- Relajación: Dedica unos minutos al día a realizar alguna técnica de relajación sencilla, no te llevará mucho tiempo, como la respiración de cuatro tiempos, las visualizaciones, etc.
- Comparte: Cuenta cómo te sientes a tus amigos y/o familiares, ellos pueden darte un punto de vista diferente y te sentirás comprendido y validado. Si la situación te supera demasiado acude a un profesional de la psicología.
- Autocuidado: Duerme lo suficiente, lleva una alimentación saludable, haz ejercicio, disfruta de momentos con amigos y amigas, dedícate tiempo para ti, para hacer aquello que te gusta y te hace sentirte bien. El bienestar emocional te ayudará a gestionar la frustración de manera positiva.
- Aprende: Las situaciones de frustración deben ser oportunidades de aprendizaje. Párate a pensar qué ha sucedido y qué has aprendido de ello (volvemos a escribir en el cuaderno si es necesario). Usa esas experiencias frustrantes para mejorar tu capacidad de afrontamiento.
Recuerda: no eres una mala persona ni alguien raro porque te sientas frustrado. Es normal sentirse así a veces y forma parte de un proceso. Gestionar adecuadamente esta emoción que nos genera tanto malestar necesita de tiempo, paciencia y comprensión hacia uno mismo.
No evites, no te rindas. ¡Tú puedes hacerlo!
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