CONSECUENCIAS DEL 28M

El bombazo de Sánchez cambia el paso en las negociaciones entre el PP y Vox

Lambán guarda silencio mientras medita el momento de anunciar su adiós

Jorge Azcón, en la noche electoral, tras proclamarse vencedor de las elecciones autonómicas en Aragón. | ÁNGEL DE CASTRO

Jorge Azcón, en la noche electoral, tras proclamarse vencedor de las elecciones autonómicas en Aragón. | ÁNGEL DE CASTRO / ÁNGEL DE CASTRO

En cuestión de pocos minutos, lo que duró el anuncio del adelanto electoral del presidente del Gobierno, el relato y las prioridades de la jornada poselectoral cambiaron en Aragón. El bombazo de Pedro Sánchez pilló a los partidos aragoneses con el pie cambiado, como en toda España, y provocó un silencio inmediato en los líderes que tienen que definir su futuro. No se pronunciaron ni Jorge Azcón, previsible próximo presidente de la comunidad, ni el socialista Javier Lambán, que el domingo por la noche dejó en el aire la continuidad de su carrera política. A la izquierda del tablero, algunos urgieron a ponerse de acuerdo antes del 23 de julio mientras otros aún siguen asimilando la debacle. Y los posibles socios del PP, como Teruel Existe y Vox, pasaron todo el día entre reuniones y sin decir esta boca es mía.

El bombazo cayó a las 11 de la mañana, cuando en el propio PSOE de Aragón seguían lamiéndose las heridas del batacazo de la noche anterior, cuando los partidos a su izquierda estaban todavía groguis debido al crochet recibido en la jornada electoral del domingo. Pedro Sánchez consiguió una vez más alterar las previsiones evidentes de la resaca electoral al anunciar unos nuevos comicios, estos para el 23 de julio. La jornada de celebración le duró apenas dos horas al PP, que tuvo que dedicar buena parte del día a analizar el escenario, que le obliga a cambiar sus tiempos.

Alejandro Nolasco, candidato de Vox, el domingo. | ANTONIO GARCÍA

Alejandro Nolasco, candidato de Vox, el domingo. | ANTONIO GARCÍA / laura Carniceroignacio Martín

No permitió ni unas horas de disfrute el anuncio de Sánchez, aunque en el PP, más allá del asombro primero, no cayó mal. Tienen claro que el presidente del Gobierno no podía permitirse seguir en la línea actual, y que era hasta cierto punto lógico presionar fuerte en la herida para tratar de contener la hemorragia. Aun así, no les importa a los populares, que han llegado a finales de mayo subidos a la ola ante un PSOE desmoralizado en decenas de localidades.

Doble o nada

La apuesta del killer Sánchez sonó a un doble o nada. No solo obliga a su izquierda a reorganizarse de forma inmediata, sino que atrapa al PP en un momento en el que debe negociar los pactos que servirán para cerrar la primera parte de la hoja de ruta en las diferentes instituciones. Justo en la mitad de ese itinerario está Vox, que es la llave para conseguir gobiernos cerrados a la derecha, con coaliciones a dos que se traducen en mayorías absolutas.

¿Le gustaría a Jorge Azcón, por ejemplo, buscar una fórmula que le permita en Aragón gobernar con tranquilidad sin tener a la ultraderecha en el Gobierno? Sin duda. El líder popular evita siempre que puede referirse a Vox, aunque lo ha tenido como socio externo durante cuatro años en el Ayuntamiento de Zaragoza. Ahí, más allá de alguna representación puntual, ha imperado la tranquilidad. Y ese es el estilo que le gustaría trasladar al Pignatelli, aunque antes deberá encontrar la receta, que no tiene por qué ser la misma en todas las instituciones. De entrada, el que será el nuevo presidente de la comunidad habló de estructurar un Gobierno de Aragón «centrado» y «moderado».

De momento, se debate sobre cuál es la postura más adecuada. Ayer no quedó nada cerrado, ni siquiera traslució por dónde irán los disparos. Hoy se sabrá algo más, sin duda, después de la celebración de la Junta Directiva Nacional del PP, que se reúne en Madrid, en su sede de la calle Génova, donde estará Jorge Azcón.

Pedro Sánchez anunciando la convocatoria de elecciones generales. | BORJA PUIG

Pedro Sánchez anunciando la convocatoria de elecciones generales. | BORJA PUIG / laura Carniceroignacio Martín

El debate no solo está en si pactar acuerdos cerrados con Vox, sino en cuándo. Es decir, la duda está en si hacerlos y anunciarlos ya, por un lado, o tomarse su tiempo y estirar la formación de gobierno hasta agosto, como ya sucedió en 2019. Esta última opción impediría que desde la izquierda se les señalase directamente durante toda la campaña por abrazar a la ultraderecha.

Por el momento, el órdago de Sánchez no solo evitó que el triunfo en el 28M protagonizase el debate político, sino que los populares pierden la posibilidad de desgastar sin descanso al actual Gobierno durante seis meses. Aparcada la euforia, han cambiado las prioridades. Ya avisó Feijóo de que mantiene su oferta al PSOE de un acuerdo recíproco para que gobierne la lista más votada. Y Azcón, en la noche electoral, aseguró que hablaría con todas las fuerzas, «de mayor a menor». De momento, no ha citado a ninguna.

En el escenario más que probable de que los socialistas rechacen la propuesta, el PP armará el relato en torno a la máxima de que «el suicidio político» no es una alternativa. Es decir, el PP se quiere guardar la baza de responsabilizar a los socialistas de los acuerdos a los que puedan llegar con la formación de Santiago Abascal.

Los populares tampoco olvidan el dilema al que se puede enfrentar Vox, que ha avisado de que no regalará sus votos antes de las elecciones generales, pero que al mismo tiempo sabe que no puede apuntalar a la izquierda a días de los próximos comicios.

Azcón declinó hacer una estimación pública del último torpedo sanchista y dedicó el día a mantener distintas reuniones con la cúpula del partido en Aragón. Solo el secretario de Organización del partido en Aragón, Pedro Navarro, calificó la convocatoria del presidente como «salto al vacío» y «giro a la desesperada».

Al otro lado queda Javier Lambán, que en la noche electoral ya dejó entrever su salida. Ayer también pasó la mañana entre reuniones, de Gobierno y de partido, pero no quiso pronunciarse públicamente. Duele el golpe del domingo, que le apartará definitivamente de la política. Su amigo Fernández Vara ya anunció ayer en Extremadura que deja los trastos políticos para volver a su carrera profesional como médico forense.

La reflexión de Lambán

Del mismo modo se espera un paso atrás de Lambán, obligado también a facilitar la sucesión en la sede de Conde Aranda. Los tiempos marcados por su secretario general, sin embargo, le han dado un cierto respiro. En mes y medio no hay tiempo material para elegir a un nuevo líder y cosechar un cierto éxito en las generales. Pero también es cierto que el anuncio del adelanto electoral quitó los focos de la posible renuncia de Lambán, al menos, por un día.

Su secretario de organización, Darío Villagrasa, avanzó que es probable que los órganos del PSOE aragonés se reúnan esta misma semana. Eso sí, si hay alguna noticia que dar por parte de Lambán, la dará él cuando y como decida. Por ahora, los socialistas se atreven a presumir de que el desgaste de las urnas no ha sido tanto como en otras comunidades autónomas, y que, «aun aguantando frente al tsunami, no ha sido suficiente».

La ola del domingo se llevó por delante, sobre todo, a las fuerzas más a la izquierda. IU reaccionó temprano y abogó por la confluencia en torno a la candidatura de Sumar, con Yolanda Díaz a la cabeza, al representar «la mejor oportunidad» para «ofrecer un proyecto de país y ganar las elecciones generales». Así, pidió a los partidos «estar a la altura» ante resultados muy desfavorables. En Podemos Aragón, el silencio fue atronador durante todo el día. Y solo por la tarde el partido emitió un comunicado de su líder, Maru Díaz. «Ya dijimos que tras las elecciones autonómicas nos tocaría echar el resto para encarar un proceso de unidad en las generales. Se aceleran los tiempos pero ahí estaremos empujando lo que nuestro país necesita más que nunca», expresó. En CHA ya dijeron que se remitirán al Acuerdo del Turia, junto a formaciones como Más País y Compromís, que sí que han mostrado vehemencia en su apoyo a Yolanda Díaz. Ni constancia tenían, aseguraron, de la propuesta del PAR de concurrir a las generales con una papeleta «aragonesista».

Los últimos en discordia, al borde de la desaparición, esperan la decisión de hoy su dirección general para saber si se presentan a las generales. Sin apenas representación institucional, las fuerzas de Ciudadanos están más debilitadas que nunca. Unos y otros tienen pocos días para definir su estrategia. El bombazo de Sánchez no les deja otra opción.