Pablo Echenique (Rosario, 1978) vino a Zaragoza cuando tenía 13 años. El domingo fue elegido eurodiputado en representación de Podemos. Tras una campaña alejado de los focos, su móvil ardió el domingo por la noche. De repente todo el mundo quería hablar con él. Acude a la entrevista en su silla de ruedas eléctrica. El celular suena sin cesar y él lo apaga con un suave movimiento de la mano. Este físico teórico, investigador del CSIC, pedirá una excedencia para irse a Bruselas. Resume el resultado de los comisiones como una frase elocuente: "Ha sido un petardazo".

--¿Esperaban semejante resultado?

--En parte sí y en parte no. En los actos que hemos organizado en campaña hemos tenido más gente que el resto de partidos. Hemos visto a la ciudadanía muy ilusionada y en las redes había mucho apoyo. Las encuestas nos daban como mucho tres, pero nos parecía que no reflejaban lo que veíamos en la calle. Ha sido una pequeña sorpresa.

--Podemos recuerda al 15M.

--Hemos aprendido muchísimo del 15M. Podemos no hubiese sido posible sin este movimiento, pero tampoco sin las mareas, por ejemplo.

--¿No les da vértigo esto que están viviendo? Han llegado y ahora hay que hacerlo bien.

--Sí, da vértigo. Somos personas normales. Nosotros no hemos participado nunca antes en política. Ni vamos a la política a chupar del bote ni somos profesionales. Vértigo todo el del mundo. Yo lo compenso con la responsabilidad. Es algo grande, que costará controlarlo y encauzarlo. Pero hay que hacerlo, no hay otra opción.

--La gente espera de ustedes algo distinto. ¿Tienen claro qué?

--Y le daremos algo distinto porque somos gente. Para empezar hemos firmado diez puntos de un compromiso que los políticos profesionales que queremos mandar a casa no cumplen ninguno. Vamos a cobrar tres salarios mínimos como máximo, no 8.000 euros antes de impuestos; viajaremos en transporte público; no participaremos en consejos de administración de empresas... Para empezar haremos esto, que es lo que está en nuestra mano.

--Un pacto PP-PSOE tampoco les dejaría demasiado margen de acción.

--PP y PSOE amenazan ahora con pactar porque ven que se les está acabando el chiringuito. Por eso quieren hacer rodillo. Impedirán que hagamos leyes de contenido social, pero demostraremos que se puede hacer política siendo honesto y normal.

--No se andan por las ramas, quieren echar a esta "casta política".

--Totalmente, totalmente. Yo soy científico, estoy acostumbrado a dudar, es mi trabajo. Pero es tan obvio lo que está ocurriendo... Por ejemplo, Amancio Ortega tiene un patrimonio de 46.000 millones de euros. El presupuesto de dependencia para un año en España es de 5.000 millones, nueve veces menos de lo que tiene un tío. Eso yo, sencillamente, no lo comprendo. Yo he llevado una vida normal y soy feliz, no necesito 46.000 millones euros. Una minoría de gente ha decidido que para vivir necesita un avión privado... cosas absurdas. Pero eso causa hambre. El problema no es que haya una persona que tenga 46.000 millones, sino que hay 6 millones de parados o 3 millones de pobres... En el mismo país. Eso es intolerable. Y los políticos que nos gobiernan cada ley que hacen es para beneficiar a los mismos. La casta política beneficia a los poderes económicos y eso no es moral ni necesario. Se puede cambiar. Sin ellos nos iría mejor a los trabajadores.

--¿Y se puede conseguir?

--Es muy difícil. En 131 días hemos conseguido más de un millón de votos. En un año podemos conseguir 10 millones. Electoralmente se puede. Luego, cuando estás ahí tienes que tocar el dinero de la gente poderosa. Y a eso vamos. La peor violencia con los ricos es una buena reforma fiscal.

--¿Podemos sería posible sin Pablo Iglesias?

--Electoralmente es muy importante.

--¿Pueden morir de éxito?

--(Piensa) No lo sé. Va a ser complicado gestionar lo que viene ahora, no hay que ser inocente. Nos falta estructura estatal y en eso nos pondremos a trabajar. Los círculos funcionan bien, pero no estamos coordinados. Tenemos que ser ágiles sin perder participación ni democracia.

--¿PP y PSOE son lo mismo?

--Económicamente son muy parecidos. Pero en el ámbito civil y moral, no.

--¿Cómo se lo va a montar para ir a Bruselas?

--Ni idea. Volar para mí es jodido en todas las aerolíneas. El asiento de mi silla es moldeado, pero no puedo subirla a la cabina, va en la bodega como las maletas. Yo en un asiento de avión voy fatal, me duele todo, aunque sea de primera, o el del rey de Persia. Así que me estoy planteando ir en tren. Aprovecharé para trabajar e iré más cómodo, aunque sean más horas.

--¿La silla se la ha pagado usted?

--En parte. La compré hace tres o cuatro años, cuando la DGA aún daba alguna subvención. Ahora está parado. No dan nada. Hay gente que no sé como vive en este país. Mi silla cuesta 8.000 euros y el Gobierno me dio una ayuda de 3.500 euros. Espero que me dure 10 años más porque otros 8.000 euros no sé de dónde los voy a sacar.

--¿Va a cobrar 1.903 euros?

--Ahora estoy cobrando más y me llega para ahorrar un poco. Si veo que con 1.903 euros me da para vivir, sí. Me da igual no poder ahorrar. Tengo que mirarlo bien. Yo espero que tenga suficiente. El resto será para Podemos o los donaremos a oenegés.