Para la líder del PSOE-A, Susana Díaz, no hay duda de dónde reside la culpa de malos resultados del PSOE el domingo. “La mera hipótesis de un acuerdo con Podemos ha restado mucha credibilidad a nuestro proyecto político”, aseveró este lunes. Y ahora, en su opinión, lo que toca es “pasar a la oposición y, desde allí, emprender “un debate profundo y sosegado dentro del partido” para recuperar un proyecto “alejado de las políticas de la derecha y también alejado con claridad del aventurismo y del populismo”.

Para la presidenta de la Junta, el resultado del domingo, peor aún que el del 20-D, no deja margen para intentar alianza alguna que permita formar gobierno. Y aunque no lo dicen con rotundidad, en la sede de los socialistas andaluces no descartan que si fuera necesaria se produjera una abstención del PSOE para desbloquear la situación y evitar una tercera ronda electoral. Públicamente Díaz eludió pronunciarse abiertamente sobre esta situación más allá de repetir varias veces en su intervención que “los ciudadanos nos han dado los votos y escaños que nos han dado y nos han mandado a laoposición”. A partir de este punto, reclama analizar por qué el PSOE no ha sido ese proyecto mayoritario “atractivo y con credibilidad suficiente” que recuperase la confianza de los ciudadanos.

Afirmó no estar satisfecha del 31,2% de apoyos recabados en Andalucía, y menos aún con el 22,6% a nivel nacional. “No quiero que mi partido se acostumbre”, dijo tajante. Aun así, evitó comentar si Sánchez debe ser el líder que asuma la recomposición del proyecto político o si ella misma mantiene sus aspiraciones a liderar la formación. “Ahora no toca entrar en cuestiones orgánicas” o “individuales”, dijo, “toca España, me preocupa mi país”.

EL LEGADO DE IGLESIAS

Una preocupación agravada tras el triunfo del PP, que “se ha salido con la suya con la inestimable ayuda de Pablo Iglesias”, reprochó, “ese es el legado del secretario general de Podemos”. El miedo al populismo ha sido la clave del triunfo conservador, concluyó, obviando que esa fue la tesis que los propios socialistas alentaron durante la campaña. Para Díaz, el proyecto de Podemos es “incompatible” con la “idea de España” que tienen los socialistas y “la inmensa mayoría de ciudadanos”, por lo que la indefinición mostrada por el líder socialista ha sido “letal” para el partido.

Eso sí, siguiendo con su interpretación, presumió de que en Andalucía no hubiesen actuado con esta tibieza y que es por eso que se logró frenar el descalabro. Es decir, que sin los 537.000 votos que los socialistas han aventajado a Podemos en esta región “el PSOE hubiera perdido la condición de líder de la izquierda”. Como ya ocurriera en EL 2015, Díaz hizo valer el peso del PSOE-A. Ganó en el 66% de los municipios andaluces, y uno de cada cuatro votos socialistas es andaluz, al igual que uno de cada cuatro escaños en el Congreso. Pero ni atisbo de autocrítica por su primera derrota en Andalucía, donde el PP ha sacado tres escaños más. “Yo no he sido la candidata”, afirmó, dejando claro que éstas eran unas elecciones generales “y se vota con esa clave, con unos afectos muy diferentes".