Ninguna diferencia, ayer, en las calles de Zaragoza respecto a cualquier otro viernes. Los mismos atascos, la misma polución... Cualquiera diría que se celebraba el Día sin Coches. Se trata de una convocatoria internacional que tiene más repercusión en la Unión Europea, ya que desde el año 2000 goza del apoyo institucional de la Comisión. En España participaron 249 ayuntamientos, de un total de 1.058 en toda Europa.

A pesar de sus cercanos comienzos, el Día sin Coches ya ha perdido empuje y contenido en manos de unos gobiernos municipales que, en su gran mayoría, continúan desarrollando cada día una política de movilidad destinada a favorecer la circulación de coches como principal modo de transporte urbano. Es cierto que todos hablan de movilidad sostenible, pero no es menos verdad que por cada euro que se invierte en movilidad alternativa muchos más se gastan en favorecer el uso del automóvil. El resultado: cada día utilizamos más veces el coche y menos el transporte público o los desplazamientos a pie o en bicicleta.

A causa de este escaso interés, la mayor parte de los Ayuntamientos improvisan actividades, que luego no se traducen en la adopción de medidas permanentes, sin apenas cortes de tráfico (verdadero núcleo de la campaña), sin dar prioridad al transporte público ni a peatones y ciclistas, con escasa o nula implicación de las organizaciones ciudadanas, a las que no se da la oportunidad de participar, e inexistencia de campañas de información, no sólo por parte de los Ayuntamientos, sino también de los organismos coordinadores del Día sin Coches en España: el Ministerio de Medio Ambiente y el IDAE. No es de recibo que la mayor parte de los automovilistas se entere del Día sin Coches ése mismo día oyendo la radio en un atasco.

Ecologistas en Acción quiere transmitir a nuestras corporaciones locales su preocupación por la gravedad de los problemas ambientales que la expansión del automóvil provoca en la ciudad: emisiones de CO2, degradación y ocupación del territorio, contaminación atmosférica y acústica, siniestralidad y destrucción de la vida urbana...

Y recordar que el éxito o el fracaso del Día sin Coches es el resultado de las políticas de movilidad llevadas a cabo todos los días del año. Hace ya tiempo que llegó la hora de los planes de movilidad sostenible, de democratizar la calle, dándole prioridad a sus principales usuarios, los peatones, y reduciendo el abusivo espacio ocupado por el automóvil, para permitir la expansión de otros modos de transporte más racionales, eficaces, seguros y sostenibles.