--¿Qué información os envían vuestros cooperantes en el sureste asiático sobre la situación que ha dejado el tifón Durian?

--Sabemos que hay centenares de muertos y mucha gente desplazada, pero todavía no disponemos de los informes de situación que se encargan de elaborar lo que nosotros llamamos FACT, los equipos de evaluación de necesidades. En estas situaciones es normal que tanto las administraciones como los medios de comunicación quieran saber qué está ocurriendo, pero las necesidades, los números y las situaciones van variando mucho a medida que pasan los días. En una situación de emergencia es muy importante saber cuáles son las necesidades principales, desde el envío de mantas hasta la reconstrucción de viviendas o el restablecimiento del agua potable. Y esta labor dura toda la primera semana. La Federación de Cruz Roja Internacional envía estos equipos que se coordinan con las administraciones y las oenegés en Filipinas. Evalúan las necesidades que se identifican en diferentes proyectos, y se hace el llamamiento a cada sociedad nacional, que aporta los recursos para cubrir su financiación. Por ejemplo, se elaboran programas para la falta de alimentos, la falta de viviendas o la falta de agua potable.

--¿Cómo organiza la Cruz Roja de Aragón el despliegue de la ayuda humanitaria en los casos de catástrofes naturales?

--Existen equipos EDU, las siglas en inglés de Unidad de respuesta de emergencias. Algunos cuentan con dispositivos capaces de potabilizar miles y miles de litros de agua y también hay EDU de telecomunicaciones, EDU de Salud o EDU de infraestructuras. Estos equipos están pensados y formados para que cuando salta la alarma se actúe sabiendo que es lo necesario. La Cruz Roja Aragón depende siempre del llamamiento de la federación internacional que llega a las sociedades nacionales, y de ellas a las asambleas regionales. Nuestro interlocutor principal es el Gobierno de Aragón, a quien nosotros pedimos ayuda en forma de proyecto. A la vez también establecemos contactos con ayuntamientos locales y administraciones para buscar financiación. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Calatayud aprobó ya esta semana el envío de 3.000 euros de ayuda a Filipinas y en cuanto dispongamos del informe de situación podremos recabar más.

--¿Saben ya cuáles de estos proyectos van a llevar a cabo desde la delegación en los próximos días?

--Estamos aún en fase de evaluación. Calculo que a principios de esta semana tendremos los proyectos para presentarlos a las administraciones públicas, los mismos para todas las delegaciones. En estos días han llegado los equipos, y vamos sabiendo paulatinamente qué es lo necesario. También es importante el seguimiento que se hace después de la ayuda que llega hasta allí para que no se de el caso de que llegue, por ejemplo, muchísima ayuda de salud y ninguna para reconstruir las viviendas. La coordinación posterior de la ayuda humanitaria después de evaluarse los daños es fundamental.

--¿Qué necesidades más inmediatas tiene en estos momentos la población de las zonas más afectadas?

--Hasta ahora, de lo que más se hablaba era de las necesidades en cuanto a la vivienda, como tiendas de campaña y kits de higiene. El tifón se ha llevado casi la totalidad de las casas construidas con tablas y además, las cualidades del terreno en Filipinas, parecidas a las de Perú, ha producido numerosos corrimientos de tierra. Los desprendimientos han sepultado casas y se han llevado todo por delante. Aunque lo que se haga será una actuación integral también dirigida a la alimentación y a la sanidad. Hace falta que se coordine toda la labor de las oenegés bien por áreas geográficas o por ámbitos de actuación, por ejemplo, en el tsunami lo que se hacía era cerrar ciudades. Es decir, tal ciudad de Cruz Roja, tal ciudad de Ayuda en Acción... Así se actuaba de forma global en un mismo lugar. La ayuda tiene que ser útil, es tan malo no llegar como pasarse en algún tipo de cuestiones. Hay que medir las necesidades día a día. La ayuda humanitaria en el caso de catástrofes naturales es en un primer momento muy espectacular, pero en cuanto ya no sale en el telediario nadie se acuerda de nada. Por eso, tiene que ir orientada a poder acometer en el futuro proyectos de desarrollo porque una catástrofe natural en un país pobre se convierte en una catástrofe humanitaria.

--¿Qué tipo de profesionales envían en estos casos desde Cruz Roja?

--En nuestro caso los perfiles son muy dispares y van en función de la necesidad. Por ejemplo, en la EDU de Salud va personal sanitario, aunque se intenta siempre buscar a alguien con diversas habilidades para casos en que haya que reparar generadores en centros de salud que no tienen electricidad. En la EDU de agua suelen ir ingenieros y químicos siempre especialistas en ayuda humanitaria. El voluntariado está descartado, aunque a veces se dan casos de gente que se ofrece para estas situaciones. Nosotros intentamos expatriar cuanto menos de nuestros voluntarios mejor, los cooperantes de la Cruz Roja que ya están en Filipinas y los técnicos. También hay una corriente de compras locales para evitar enviar las cosas de aquí y comprar en los mercados del país todo lo que sea necesario para reactivar su economía. De todas maneras, el tipo de profesional es alguien muy especializado, con el perfil adecuado a la unidad en la que se encuentre. El problema que hay en España es el idioma: Hay gente buenísima pero que no habla otra lengua. Por lo menos el inglés es básico para poder salir a una operación internacional ya que es importante coordinarse en las asambleas con otras oenegés.

--¿Qué puede hacer un aragonés que en estos momentos desea aportar su ayuda?

En estos momentos hay habilitadas cuentas tanto en Ibercaja como en la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI), en las que el que quiera puede ir a aportar la cantidad que desee a una cuenta permanente de la Cruz Roja. Al hacer el ingreso tiene que indicar el proyecto al que destina el dinero, en este caso ayuda humanitaria a Filipinas o tifón de Filipinas. Nosotros destinamos este dinero para financiar el proyecto mencionado. La ayuda ha de ser monetaria porque las donaciones materiales son difíciles de articular. Yo entiendo las iniciativas de la gente que a veces hace colectas y nos trae el material, pero si no cuentas con una contraparte en el país en cuestión corres el riesgo de que la ayuda vaya a parar al mercado negro. Además, lo mejor es comprar en el mercado local siempre que sea posible porque a veces el 50% de los fondos se va en el envío. Sí que hay organizaciones más especializadas en donación en especie, pero ha de ser muy específica y estar bien estudiada.