FRANCISCO BARREÑA : El orgullo de presidir un gran equipo

Servir de encuentro, de reflexión y de debate eran los aspectos centrales del congreso celebrado por Cruz Roja el pasado fin de semana en Valencia, que buscaba incrementar la capacidad transformadora del voluntariado y encontrar nuevas formas de participación, con el objetivo final de mejorar la vida de las personas y también de la propia organización. Para eso, y para mucho más, ha servido la reunión que ha acogido las experiencias de más de 600 voluntarios de todo el país.

Han sido muchas las iniciativas planteadas. Pero, en esta ventana que me brinda ESPACIO 3, quiero detenerme en el proyecto SmartCare. En él participan socios de diversos países europeos, y en España lo ha puesto en marcha un entusiasta grupo de voluntarios de Huesca, con la participación de las asambleas locales de Tamarite de Litera, Binéfar, Aínsa y Barbastro, y la colaboración del hospital de esta ciudad.

Como presidente de Cruz Roja en Aragón, el proyecto me hace sentir un legítimo orgullo, porque supone una iniciativa que ha contando con la enhorabuena unánime de los participantes en el congreso. La iniciativa permite implantar un nuevo sistema de atención social y sanitaria a personas mayores de 65 años en riesgo de exclusión social con diversas patologías.

El enunciado aparentemente es aséptico: atención médica a quien lo precisa desde un punto de vista profesional; pero detrás de este plan late el corazón de todos los voluntarios, que dan lo mejor de sí mismos para que sus visitas semanales a los hogares de todas esas personas sean mucho más que una toma de constantes vitales y un envío al hospital, a través de modernas tecnologías de la información, de esos datos.

Muchas de esas personas viven solas, lejos de sus familiares y, frecuentemente, su condición física y su tipo de vivienda les impide salir a la calle y están solos buena parte del día. Entonces llegan los voluntarios de Cruz Roja, que reciben más cariño del que dan. "Es muy gratificante saber que te están esperando. Antes de recibir la visita ya se han subido la manga de la camisa para que les tomen la tensión".

Ellos, como tantos miles de voluntarios de Cruz Roja, conocen la realidad porque la viven, y su día a día busca mejorar la vida quienes más lo necesitan. Como presidente de Cruz Roja Aragón, estoy enormemente satisfecho de la dedicación de todos ellos, sin buscar ninguna recompensa, sino, como señala el coordinador de SmartCare, Fernando Sarvisé, "solo la sonrisa" de esas quienes ayudan. Esa es la marca de la casa, porque los voluntarios son los principales transmisores de los valores de la institución. Son agentes del cambio social y la mejor expresión de la solidaridad de la organización.

El Congreso buscaba prácticas innovadoras en la acción voluntaria, y en ese contexto se ha enmarcado la difusión y el conocimiento de esa experiencia, que en todas las encuestas realizadas, tanto a voluntarios como a usuarios, ha reflejado una satisfacción total.

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