Mariano Rajoy anunció el viernes a bombo y platillo que España destinará «más de 100 millones de euros» a la ayuda al Desarrollo en el Sahel, por «la convicción de que tenemos que estar ahí ayudando». El montante figurará en el nuevo plan de cooperación al desarrollo que el Gobierno tiene previsto aprobar en marzo para el periodo 2018-2021.

Desde Acción contra el Hambre desinflan el globo de este anuncio, al asegurar, en palabras de su responsable de incidencia política, Menna Abraha, que «los 100 millones comprometidos para los próximos 4 años son, más o menos, el monto que España ya estaba destinando a la región en los años de recortes económicos. La diferencia es que este compromiso da una mayor previsibilidad al aporte, al ser plurianual pero claramente debería ser mayor. Es una zona de concentración estratégica para la cooperación española y su valor añadido es muy potente frente a otros donantes ya que tiene una buena experiencia y penetración en la región».

La UE sabe que la estabilidad y la seguridad en el Sahel es una prioridad en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado. De ahí el fuerte apoyo político y financiero ofrecido a los países del G5 para una nueva fuerza militar conjunta, que contará con 5.000 miembros. La contribución europea alcanzará los 176 millones, del total de 414 que aportará la comunidad internacional.

Además de la ayuda prometida para la puesta en marcha de la fuerza miltar conjunta materializada en el G5, en términos de ayuda humanitaria y para el desarrollo, la UE y los estados miembros son también los principales donantes del Sahel, con 8.000 millones de euros destinados a la región para el periodo 2014-2020.

España, Italia y Gran Bretaña se han unido a la Alianza Sahel, puesta en marcha en julio del año pasado Francia, Alemania, la Unión Europea, el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo (BAD) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Esta alianza va a poner en marcha 500 proyectos de desarrollo.