A finales del siglo pasado, Aragón iniciaba, en el seno de la sociedad civil, un debate que demandaba profundizar en la situación de aquellas personas a las que el sistema dejaba fuera del mercado laboral y que entraban en el circuito asistencial, con una altísima probabilidad de cronificación de esa situación personal. Frente a soluciones paternalistas o vinculadas a la beneficencia, las organizaciones sociales planteaban el empleo protegido como alternativa viable, que busca ese equilibrio necesario entre el mundo de lo social y el de la economía y la empresa.

Así empezaron a surgir las primeras estructuras empresariales promovidas por asociaciones y fundaciones para dar respuesta a esas personas que necesitaban de un tránsito entre los procesos formativos y el acceso al mercado laboral. Muy pronto, estas estructuras comenzaron a denominarse empresas de inserción laboral, promovidas por entidades sin ánimo de lucro, con formato de sociedades mercantiles (sociedades limitadas o cooperativas), y con su propio CIF, lo que las diferencia de sus organizaciones promotoras.

En este contexto nacía la Asociación Aragonesa de Empresas de Inserción (AREI), con el propósito de aglutinar a estas entidades. Estas se constituyeron en un foro de intercambio de experiencias, que permitía sumar fuerzas y unificar esfuerzos en pro de una mayor representación institucional, que mejorara su posicionamiento y reconocimiento social. En consecuencia, esto les permitiría ser más eficientes y eficaces en el trabajo a desarrollar, que no es otro que lograr la inclusión social a través del empleo de las personas en situación o riesgo de exclusión social.

La evolución de AREI en estos veinte años ha ido en paralelo al propio desarrollo de las empresas de inserción, que han crecido en número (actualmente son 16, cuatro más en un solo año), pero también en experiencia y profesionalidad. La cohesión entre las empresas, su implicación y el refuerzo de las entidades promotoras han dotado de AREI de un perfil que le configura como interlocutor único del sector en Aragón, permitiendo el adecuado desarrollo de la misión para la que fue constituida: dar voz a las empresas de inserción y a las personas que en ellas trabajan, representándolas y defendiendo sus intereses, para mejorar su calidad de vida y contribuir a lograr la igualdad de oportunidades de todas las personas, buscando mejorar la cohesión del territorio.

Así pues, desde su constitución, AREI ha aglutinado a todas las empresas de inserción aragonesas, erigiéndose en la única entidad representativa del sector en la región. En la actualidad, las iniciativas empresariales que forman AREI se encuentran repartidas por todo el territorio aragonés: diez en Zaragoza, cuatro en la provincia de Huesca y dos en la de Teruel.

Alianzas clave

La trayectoria de AREI a lo largo de estos veinte años no habría sido posible sin el apoyo de compañeros de viaje que han creído en su objetivo y se han implicado en su consecución. Así, el Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés de Empleo (Inaem), fue pionero en España en regular el sector y facilitarle ayudas económicas, así como al introducir la obligatoriedad de reservar un porcentaje mínimo de volumen de contratación para las empresas de inserción.

Convenios y acuerdos de colaboración con la antigua Caja Inmaculada o el Ayuntamiento de Zaragoza y el respaldo del Fondo Social Europeo han sido también clave para consolidar a AREI en todo el Estado como una organización empresarial profesional, representativa y a la vanguardia del empleo de inclusión.

Las empresas del entorno también constituyen una pieza fundamental en la consecución del objetivo final de las empresas de inserción: la inclusión sociolaboral. Ellas son el lugar de destino de las personas que trabajan en las entidades que conforman AREI. Y a su vez son los principales clientes de sus productos y servicios.

Actualmente, AREI es miembro de diversas redes comprometidas con la inclusión y la economía social. Clave ha sido el trabajo desarrollado desde la Red Aragonesa de Entidades Sociales para la Inclusión. La integración de AREI en su junta directiva, desde el año 2004 hasta la actualidad, ha sido fundamental para avanzar en los derechos de las personas que en nuestra sociedad son invisibles, dándoles voz y representándolas ante las instituciones, poniendo a su disposición el empleo a través de las empresas de inserción como mejor herramienta para trabajar la inclusión por el empleo.

Desde el año 2014, y junto a otras diez plataformas asociativas, AREI es parte de la Asociación de Economía Social Aragonesa (Cepes Aragón), asociada a Cepes España. Y, desde el 2015, es socio de la Confederación de Empresarios de Aragón (CEOE Aragón).

AREI se integra en la Federación Estatal de Empresas de Inserción desde su constitución, en 1999. En el año 2005 asumió la presidencia de esta plataforma con dos objetivos fundamentales: lograr la unidad de todas las empresas de inserción en una sola federación, representativa del sector, para desde ahí ser el único interlocutor institucional con el fin de promover una legislación estatal de empresas de inserción, demandada por el sector desde hacía ya varios años.

Los logros de estas dos décadas nunca habrían sido posibles si todo este trabajo en red no hubiera sido desde el inicio uno de los principios vertebradores de AREI. Su pertenencia a redes asociativas es, sin duda, una excelente fórmula para aunar esfuerzos, generar sinergias e impulsar proyectos y programas de interés común que permitan mejorar las condiciones de vida de las personas que se encuentran situaciones de vulnerabilidad.