La escritura se alimenta de miles de palabras de mujeres, de las cuales muchas todavía carecen del reconocimiento que merecen. Mujeres que en algunos casos se ven obligadas a vivir y escribir en lugares con contextos difíciles. Cisjordania, bajo ocupación israelí, es uno de estos lugares. Ro’a tiene 27 años, es refugiada de Palestina y vive en Belén. Hace unos meses publicó su primera novela, Alas, una historia que relata el camino y la fortaleza de una mujer para perseguir su pasión. La joven explica que su amor por la escritura comenzó en la biblioteca de su escuela, un colegio que instaló Unrwa en Dheisheh, Cisjordania. «Descubrí mi pasión por la lectura cuando tenía nueve años. Solía pasar todo el tiempo libre que podía en la biblioteca de mi escuela. Leo montones de libros, cuentos y novelas. Esto me llevó a darme cuenta de que también me encantaba escribir», cuenta Ro’a.