-El covid-19 podría dejar 700.000 pobres más en España. ¿Y en Aragón?

-La tasa de pobreza relativa en Aragón era del 13,83% (183.164 personas) antes de la pandemia, y estimamos que subirá hasta el 15,17%, que equivale a 200.972 personas. Ello implica un aumento en 17.807 personas más en situación de pobreza. Aragón es la tercera comunidad autónoma en la que más aumentaría la pobreza, detrás de Baleares y Castilla y León.

-¿Qué impacto tendrá en términos de desigualdad?

-Esta crisis socioeconómica causada por la pandemia deja en España una huella desigual e injusta. En Aragón también, con un aumento de la desigualdad de la renta neta en 1,25 puntos del índice de Gini y la reversión de casi tres años consecutivos de tímida reducción de la desigualdad. Estos datos sitúan a Aragón en el puesto número doce de las diecisiete autonomías. En contraste, los 23 milmillonarios españoles han visto aumentar el valor de su riqueza en 19.200 millones de euros en los 79 días transcurridos entre el 18 de marzo y el 4 de junio.

-¿Cómo influye la precariedad laboral en las consecuencias de la pandemia?

-El impacto en el mercado laboral del coronavirus es el resultado de la enorme precariedad del empleo en nuestro país. De los veinte millones de contratos que se firmaron en el 2019, tan solo el 6% fueron indefinidos. Más de un tercio de los contratos con duración determinada tenían una duración inferior a una semana. Y la tasa de pobreza laboral lleva cuatro años estancada, en torno al 13%. De acuerdo con las previsiones sobre el impacto económico, se fulminarían los tímidos avances de los últimos cuatro años en reducción de la desigualdad. Las personas más pobres perderían, proporcionalmente, ocho veces más renta que las más ricas.

-¿Qué sectores de la sociedad están siendo especialmente vulnerables?

-En apenas 22 días, 900.000 personas se dieron de baja en la Seguridad Social por la paralización de la actividad económica, con especial afectación en sectores como la construcción o la hostelería, en los que el 73% de personas corresponde a grupos de cotización bajos, con mayor presencia de mujeres, jóvenes y personas de baja cualificación. Los sectores más vulnerables son aquellos considerados esenciales, que han garantizado nuestra supervivencia, personas que han resultado imprescindibles frente a un modelo económico que hasta ahora les había dado la espalda: profesionales sanitarios, mensajeros, riders o falsos autónomos, cajeras de supermercados o jornaleros agrícolas.

-Muchas de ellas son personas migrantes.

-Sí, como las trabajadoras del hogar y las que han cuidado de nuestros mayores: una de cada tres vive bajo el umbral de la pobreza, y solo una cuarta parte está registrada en la Seguridad Social. En el caso de la población migrante, su probabilidad de perder el empleo, según nuestras estimaciones, es de un 149% sobre la población de nacionalidad española. Calculamos que el impacto de la pandemia puede hacer que una de cada tres personas por debajo del umbral de la pobreza sea migrante. En cuanto a las mujeres, recordamos que, de cada diez personas que reciben salarios mínimos interprofesionales, siete son mujeres, y que casi la mitad (46,27%) de los contratos firmados por mujeres el año pasado fueron parciales.

-¿Cuáles son las propuestas para la reconstrucción de Oxfam Intermón en el terreno laboral?

-De esta crisis tenemos que salir con medidas concretas, asegurando que todas y todos tengamos un trabajo digno, incluyendo las personas migrantes para las que pedimos una regularización amplia, así como un Ingreso Mínimo Vital que llegue a las personas más vulnerables, migrantes en situación irregular con menores a su cargo incluidos. Estamos ante una oportunidad para construir una sociedad que ponga en el centro los derechos de las personas trabajadoras y los cuidados. Para ello, el Estado debe corresponsabilizarse y regular el trabajo de cuidados y a los falsos autónomos, así como la temporalidad, la parcialidad y la subcontratación para reducir la precariedad.

-¿Y a nivel fiscal?

-Blindando el sector público a través de una fiscalidad progresiva que, de acuerdo con nuestras propuestas, permitiría recaudar 10.000 millones de euros más. Esa cantidad serviría para rellenar gran parte de los 12.022 millones de euros en los que se estima la brecha de gasto en protección social que presenta España respecto al promedio europeo, o para asegurar los 6.400 millones que cuesta erradicar la pobreza severa en nuestro país. Se debe de poner en marcha medidas fiscales extraordinarias que graven la riqueza, como un impuesto a beneficios extraordinarios o la tasa Tobin, y hacer reformas estructurales para que el impuesto de patrimonio cumpla su función redistributiva, para grabar el capital y que paguen su parte justa las grandes empresas (al menos un 15% en el impuesto de sociedades).

-¿Cuál va a ser el impacto de la pandemia sobre la pobreza a nivel global?

-Podría aumentar en 500 millones el número de personas en la pobreza, por lo que exigimos compromisos de los países donantes, incluyendo España, y también del resto de administraciones públicas. En este sentido, en el sector de las oenegés estamos decepcionados con el Gobierno de Aragón porque ha recortado el presupuesto de este año en cooperación en casi 1,5 millones de euros, a pesar de todo. La respuesta a la pandemia no puede limitarse a nuestras fronteras. Somos una organización que trabaja en 65 países y esto lo tenemos claro. Mientras no se controle la expansión del virus a escala global, nadie estará a salvo.