Muchas personas se están preguntando qué está pasando en Colombia durante las últimas semanas. ¡Se están violando los derechos humanos! Los últimos acontecimientos han llenado de horror las vidas de los colombianos y están arrojando escalofriantes cifras. En tan solo los primeros quince días de disturbios se han podido reportar cientos de detenciones violentas y arbitrarias, 52 personas asesinadas, quince agresiones sexuales, 489 heridos graves, 69 defensores de derechos humanos agredidos y 435 personas desaparecidas.

Toda esta barbarie se ha producido a manos del Estado y su órgano represor armado. La Policía y el Ejército están disparando a los manifestantes que de manera pacífica tomaron las calles del país, desde el 28 de abril, para detener el paso de una reforma tributaria, de salud y de pensiones que es solo la punta del iceberg.

En plena crisis sanitaria, el presidente Iván Duque autorizó la compra de aviones de guerra y tanquetas antidisturbios armadas con proyectiles Venom de gran calibre, con los que ahora está apuntando (y matando) a su propio pueblo. Este Gobierno está omitiendo e ignorando las necesidades básicas del pueblo colombiano, disfrazando su iniciativa con el nombre de ley de solidaridad sostenible .

Cabe recalcar que esta polémica despertó en el momento en que el exministro Alberto Carrasquilla afirmó que, en una compra familiar, una docena de huevos costaba 0,42 euros, cuando en realidad el coste es de 1,35. Esto hay que valorarlo teniendo en cuenta que el sueldo mínimo de una persona es de 200 euros. Y a todo esto habría que añadir que el coste de la alimentación ya había sufrido un incremento a principios de año debido a la pandemia.

La brutalidad del ataque hacia la población civil ha llegado al punto de agredir gravemente a periodistas e incluso a la Minga Indígena (resistencia o protesta pacífica para reclamar derechos). Estos ataques, como hemos visto en los medios, han sido en conjunto producidos por organizaciones paramilitares, cuyos integrantes, orgullosos, han hecho publicaciones exhibiendo su armamento de guerra.

Es triste y desesperante recibir a diario grabaciones donde se exhibe de manera explícita el uso letal de las armas, o imágenes de tanques de guerra intimidando a la población de Cali. Desde el segundo día de las manifestaciones se empezó a censurar y tergiversar la información que los ciudadanos manifestantes subían a las redes sociales. Con angustia, nuestros familiares y amigos exclamaban un grito que clamaba pidiendo ayuda internacional: SOS por Colombia.

Exigimos la renuncia y judicialización de los que dieron la orden: el presidente Iván Duque, el senador Álvaro Uribe, el ministro de defensa Diego Molano, el general de las Fuerzas Armadas de Colombia Eduardo Zapateiro y el comandante general de la Policía Luis Fernando Navarro.

¿Por qué necesitamos ayuda internacional? Porque queremos poder ejercer nuestros derechos sin sentir opresión por el Estado, sin tener miedo a perder la vida. Nos están matando en silencio.