«La educación determina la posición social y es el factor clave para democratizar las oportunidades y reducir en un 50 % la rigidez social. El factor origen de clase solo resulta determinante para quienes no han cursado estudios o no han superado los niveles de EGB-ESO».

Esta cita, extraída del informe Educación y movilidad social en Cataluña elaborado por la Fundación Jaume Bofill, bien podría ser el principio rector del programa CaixaProinfancia de la Fundación la Caixa. Su objetivo es romper el círculo de la pobreza heredada de padres a hijos que afecta a los menores en situación de exclusión social. Y trata de hacerlo garantizando su acceso a oportunidades educativas que, por las circunstancias que les ha tocado vivir, seguramente quedarían fuera de su alcance, abriéndoles así las puertas del maltrecho ascensor social.

El pilar central que soporta el peso del programa se asienta sobre la educación de los niños y adolescentes, con acciones de refuerzo educativo adaptadas a las necesidades de cada estudiante. Todos los beneficiarios reciben prestaciones económicas para la adquisición de equipamiento escolar y acceso a actividades de ocio. Y a aquellos con trastornos en el aprendizaje se les ofrecen sesiones de logopedia y psicomotricidad.

Pero garantizar una educación de calidad es mucho más que proporcionar material escolar o clases extraescolares. Para que la intervención resulte efectiva ha de ser integral, y debe incorporar también la dimensión familiar, con atención psicoterapéutica para toda la unidad de convivencia y un soporte educativo que la incluya, ya que el nivel de implicación de la familia en los procesos de enseñanza afecta directamente al rendimiento académico de los menores. La cartera de servicios de CaixaProinfancia contempla asimismo la promoción de la salud, mediante ayudas económicas para alimentación e higiene infantil y para gafas y audífonos.

El programa se articula en base a un conjunto de entidades sociales que se organizan en redes territoriales de atención. Dichas redes trabajan coordinadamente con los diferentes agentes del territorio (servicios sociales, colegios, centros de salud...) para enriquecer la visión sobre la familia y los menores y, de esta forma, garantizar que cada niño tiene lo que necesita, haciendo más eficaz y eficiente la intervención.

En la provincia de Zaragoza, CaixaProinfancia se desarrolla en Utebo y en la capital aragonesa, donde las actuaciones se han dividido en seis zonas: Arrabal – Actur, Delicias – Universidad, Magdalena – Las Fuentes, Oliver – Valdefierro, San José – Torrero y San Pablo – La Almozara. Los diferentes servicios del programa los prestan 22 entidades sociales sin ánimo de lucro que están coordinados por la Fundación Federico Ozanam, Kairós Sociedad Cooperativa e YMCA Zaragoza. H