IV Premio FAS a la Trayectoria Solidaria

En el año 2019, la cooperación municipal representó un 46% de la ayuda oficial al desarrollo de Aragón. Pero su importancia no se reduce a una cuestión de cifras. La cooperación descentralizada, la realizada por las comunidades autónomas y las entidades locales, es una de las características de la cooperación española.

Los municipios realizan una cooperación más cercana, que hace de puente, crea relaciones directas y fortalece el tejido social de ambas orillas, la participación y el voluntariado. Desde lo local está contribuyendo a transformar lo global. Es capaz de llegar a comunidades y territorios lejanos, en los que es posible una participación directa de las comunidades e instituciones locales, donde se consigue una respuesta cercana a sus necesidades y que los procesos de transformación sean más sostenibles en el tiempo. Una cooperación local que en Aragón ha ido de la mano de la iniciativa ciudadana y de las oenegés de desarrollo desde sus inicios.

Es también un potente mensaje para el conjunto de los habitantes de nuestros pueblos, para jóvenes, niños y niñas que se educan en un clima de solidaridad, para las mujeres que establecen alianzas con mujeres de países lejanos, que tienen sus mismos problemas sumados a la pobreza, la violencia o las consecuencias del cambio climático.

Y, pese a estos valores, la cooperación al desarrollo está en riesgo. En los últimos años se ataca y se cuestiona con argumentos diversos, contraponiendo a los pobres de aquí con los de allá, aludiendo a las competencias de los municipios o cuestionando los derechos humanos.

Por eso, la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) desarrolla a lo largo del 2021 una campaña para llamar la atención de la necesidad de la cooperación al desarrollo y contrarrestar los discursos que piden su supresión en los ayuntamientos. Esta tarde entrega el IV Premio FAS a la Trayectoria Solidaria, y ha decidido reconocer el esfuerzo que hacen los municipios de Jaca (Huesca), Escatrón (Zaragoza) y Alcorisa (Teruel) para impulsar programas de cooperación al desarrollo y ciudadanía global.

El Ayuntamiento de Jaca fue la primera administración aragonesa en destinar más del el 0,7% de su presupuesto total a cooperación al desarrollo. En el 2010, a raíz del terremoto de Haití, alcanzó el 0,87%. Con un programa de cooperación de más de 16 años, son un ejemplo de compromiso.

La apuesta decidida del Ayuntamiento de Alcorisa ha convertido a este pueblo, en tan solo unos años, en un referente nacional como Ciudad por el Comercio Justo. Y esto ha sido posible gracias a una gran movilización social y al papel decidido del consistorio.

El Ayuntamiento de Escatrón, por su parte, es un ejemplo de cómo los municipios de menos habitantes pueden ser agentes activos en la búsqueda de la justicia global. Con poco más de 1.000 vecinos, mantiene un programa de cooperación al desarrollo desde el año 2016, destinando una parte de sus fondos a la solidaridad internacional.