El Gobierno de Aragón prevé recortar un 25,86% la partida destinada a ayuda oficial al desarrollo en el presupuesto para el año que viene con respecto a la inversión prevista para el 2021. De los 6.204.698 euros aprobados el presente ejercicio, el cuatripartito ha disminuido en 1.600 millones sus previsiones para el 2022 y propone destinar 4.600.090,60 euros a este fin.

Esta reducción implica que el Ejecutivo autonómico dedicará a los países más desfavorecidos apenas el 0,062% del presupuesto para el próximo año. Es el porcentaje más bajo desde el 2018, cuando se firmó el primer Pacto aragonés por la cooperación al desarrollo, suscrito, entre otros, por los cuatro partidos integrantes del actual Gobierno.

Este acuerdo preveía ir aumentando progresivamente la proporción del presupuesto de la comunidad autónoma que se destina a la solidaridad internacional, hasta alcanzar el 0,2% en el 2023. De este modo, en caso de haberse respetado el pacto, el año que viene se tendrían que haber dedicado a ello casi 13 millones, el 0,17% del presupuesto autonómico, una cifra muy alejada del reivindicado 0,7%, pero que tanto los partidos como las oenegés firmantes consideraron una meta realista, dado el punto de partida, que era de solo el 0,06%.

Tras la presentación en las Cortes de Aragón, la semana pasada, de la de ley de presupuestos de Aragón para el 2022, la reacción de las oenegés de desarrollo no se hizo esperar. Y el viernes pasado, convocadas por la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS), celebraron una concentración de protesta ante la Aljafería, sede del parlamento autonómico.

La FAS considera «inaceptable» la merma presupuestaria y denuncia en un comunicado que «este tijeretazo rompe los compromisos alcanzados en el Pacto aragonés por la cooperación al desarrollo». Señala que este recorte «disminuirá el esfuerzo aragonés para dar respuesta a algunos de los efectos que la pandemia está teniendo en los países más pobres», y critica que el Gobierno haya vendido estos presupuesto como los de la «redistribución de la riqueza y solidaridad… menos con las personas y comunidades vulnerables de los países empobrecidos».