Afganistán afronta la mayor hambruna de su historia
«Navidad será demasiado tarde para actura», alerta Asuntha Charles, directora de la oenegé World Vision en ese país

Misión humanitaria de World Vision en Afganistán / SERVICIO ESPECIAL
El Periódico de Aragón
Afganistán se enfrenta a la peor crisis de hambre que se recuerda. Miles de niños y niñas podrían morir por desnutrición si la comunidad internacional no reacciona a tiempo, y queda poco tiempo. «Navidad será demasiado tarde», alerta Asuntha Charles, directora de la oenegé World Vision en ese país. Advierte de que, si no se actúa ya, la magnitud de esta crisis puede ser peor que la hambruna que se declaró en Somalia en el año 2012.
Más de la mitad de los 40 millones de habitantes de Afganistán se enfrentan a niveles agudos de desnutrición y casi nueve millones de personas están al borde de la inanición. «En este contexto, un número incalculable de niños y niñas mendigarán, se casarán, se verán obligados a realizar trabajos peligrosos y de explotación y serán retirados de la escuela», apunta Charles.
«Al igual que fue necesaria una operación internacional masiva para ayudar a miles de personas a evacuar Kabul tras la toma del poder por parte de los talibanes, va a ser necesario algo similar entre las oenegés humanitarias y las agencias de la ONU que todavía están en Afganistán para alimentar a la gente en los próximos meses», agrega.
Se necesitan más de 200 millones de dólares al mes solo para mantener el suministro de alimentos, pero los mil millones comprometidos por los países donantes no terminan de llegar. En World Vision prevén una avalancha de solidaridad ciudadana cuando los televisores de los hogares occidentales empiecen a mostrar imágenes de menores afganos desnutridos, mientras las familias disfrutan de los banquetes navideños y abren regalos.
«Pero, para entonces, será demasiado tarde», lamenta Charles. La nieve ya habrá bloqueado el acceso a las zonas más remotas de Afganistán, que podrían quedar aisladas hasta cuatro meses. «Llevar los camiones de alimentos a través de los puertos de montaña será casi imposible».
Podría repetirse lo que ocurrió en Somalia hace nueve años. Cuando finalmente se declaró la hambruna, ya habían muerto muchas de las 260.000 personas que acabarían falleciendo en aquel episodio. «La magnitud de esta crisis puede ser peor. No debemos permitir que eso se repita».