Por calentamiento global entendemos el aumento de la temperatura de manera acentuada sobre la superficie de la Tierra que se ha producido a través de los años y que da lugar a los cambios climáticos. En la mayoría de los casos, estos ocurren a consecuencia de las distintas actividades humanas.

Cátedra de Cooperación para el Desarrollo

Para actuar sobre este problema es necesario saber cuáles son las causas. Entre ellas están la quema de combustibles fósiles, la deforestación de los bosques, el uso excesivo de fertilizantes químicos en la agricultura intensiva, la producción de una cantidad enorme de residuos que en muchos casos no se reciclan, e incluso son llevados a los países empobrecidos. Y, lógicamente, también hay causas naturales, como la actividad solar o las erupciones volcánicas. De estas últimas tenemos en España un ejemplo muy reciente.

Las principales consecuencias que tiene el calentamiento terrestre son unas temperaturas más cálidas, el derretimiento del hielo y los glaciares, fenómenos atmosféricos extremos y la consiguiente desaparición de especies animales y vegetales de los actuales ecosistemas.

Cada 28 de enero se celebra el Día Mundial de la Acción Frente al Calentamiento Terrestre. Dado que el objetivo de que exista una jornada dedicada a este fenómeno no es solo recordar y crear conciencia entre los gobiernos y la ciudadanía, sino también desarrollar estrategias para evitar una catástrofe global, es necesario pasar a la acción, concretar qué operaciones se pueden llevar a cabo para revertir el problema o, al menos, disminuir las posibles consecuencias.

Para ello, se requiere reducir las emisiones de los gases causantes del efecto invernadero a nivel global mediante el uso de combustibles menos contaminantes, cambiar el derroche de los recursos naturales que se emplean cada día para el consumo humano y seguir avanzando en el desarrollo de fuentes de energía renovables, y así lograr un mundo más sostenible.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) recogen claramente una serie de hitos relacionados con el calentamiento terrestre: garantizar el acceso al agua potable y saneamiento, acceso a una energía limpia, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener la pérdida de biodiversidad, combatir el cambio climático y para poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo.

En lo que concierne a las oenegés en general, y concretamente a las de desarrollo, nuestras líneas de actuación siguen siendo válidas y necesarias, destacando entre ellas el consumo responsable, ético y respetuoso con el medio ambiente, el comercio justo, y por ende el comercio de proximidad, las tiendas de productos ecológicos, el cálculo de nuestra huella ecológica y la sensibilización de la ciudadanía en la responsabilidad de nuestras acciones cotidianas. Estas últimas actuaciones son muy importantes porque, cada vez que compramos un producto, estamos incidiendo en un determinado modelo de consumo y, por consiguiente, nuestras acciones dejan huella en el planeta.

No pretendemos ser agoreros, pues sigue habiendo motivos para la esperanza, pero no está mal recordar el aforismo: «Si no cambiamos el rumbo, acabaremos allá hacia donde nos dirigimos».