El 23 de agosto del 2013, Naciones Unidas proclamó el 6 de abril Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, con el objeto de concienciar acerca del papel que la práctica deportiva puede desempeñar en la promoción de los Derechos Humanos y el desarrollo económico y social. La definición de deporte cubre todas las formas de actividad física y mental y la interacción social, principalmente los juegos, el ocio, el deporte ocasional o de competición, así como los deportes y juegos autóctonos y tradicionales.

Sus beneficios son evidentes. Promueve el desarrollo personal, previene enfermedades y mejora la salud, fomenta la igualdad de género y posibilita la resolución de conflictos, ayudando, tras un desastre o trauma, a la vuelta a la normalidad. Por todo ello, la ONU recomienda que el deporte esté integrado en los programas de desarrollo, y promueve que las instituciones dediquen medios financieros a los programas deportivos basados en el desarrollo y la paz, canalizando su capacidad de sensibilización y movilización.

El deporte tiene el poder de cambiar el mundo. Es un derecho fundamental y una poderosa herramienta para fortalecer los lazos sociales y promover el desarrollo sostenible y la paz, así como la solidaridad y el respeto para todos.

La ONU reconoce el papel del mismo para abordar la crisis climática. El deporte se encuentra en una posición única para mostrar liderazgo, asumir la responsabilidad de su huella de carbono, participar en un viaje climáticamente neutral, incentivar la acción más allá del sector deportivo y desempeñar un papel importante en la amplificación de la conciencia entre sus millones de espectadores y participantes. Ante la urgencia de la acción, la relación entre el deporte y el clima debe entenderse mejor, así como las formas de desarrollar políticas y medidas para ayudar a revertir el cambio climático.

Hoy, nuestro mundo se enfrenta a desafíos generacionales: guerras, pobreza, hambre, pandemia, crisis climática... Más que nunca, necesitamos superar nuestras diferencias y trabajar como un solo equipo para superar estos obstáculos y crear un futuro más seguro, más pacífico y más sostenible para todos. Y el deporte es una herramienta fundamental.

En Unesco Deporte Aragón sumamos, desde 1999, 150 actividades en España, Aragón, la antigua Yugoslavia, Líbano, Mali, Senegal y Etiopía. En su génesis eran deportivas, pero se han convertido en proyectos internacionales de cooperación para el desarrollo en sociedad con oenegés y con las Fuerzas Armadas de España movilizadas en misiones de la ONU y la Unión Europea. Entidades locales como Atades, El Refugio y Aspanoa han sido también parte de nuestra atención, y para ellas hemos organizando actividades deportivas.

Pese a ser pioneros en Aragón y en España, no tenemos ayuda física ni moral a la hora de reconocernos el trabajo efectuado. Y, al mismo tiempo, observamos la cantidad de oenegés y asociaciones que utilizan el deporte pensando solo en los ingresos económicos, y no en un proyecto global de acción y sensibilización.