Decía Eduardo Galeano que «no estamos hechos de átomos, sino de historias». Eloísa Nos, profesora del área de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad Jaume I de Castellón, utilizó esta referencia al periodista y escritor uruguayo para ilustrar que los seres humanos somos palabras, pues configuramos nuestras identidades en torno a los relatos. Y lo hizo, la semana pasada, en el marco de una jornada técnica que organizó Farmamundi en la Asociación de Periodistas de Aragón, en torno a la comunicación para la transformación social, donde ella fue una de las ponentes principales.

Según Nos, cuando nos referimos al poder transformador de la comunicación, «hablamos de las consecuencias tangibles de la cultura». Por lo tanto, si los relatos que se publican están impregnados de «violencia cultural y simbólica», refuerzan la «violencia estructural», que puede acabar derivando en una «violencia directa» y real sobre determinadas personas o colectivos sociales.

«Importa lo que se dice», continuó esta investigadora y experta en comunicación transformadora, «pero también cómo se dice». Afirmó que los mensajes que se difunden masivamente tienen efectos reales en el plano sociocultural, tratando de apelar a la responsabilidad de los profesionales de la comunicación, ante una audiencia compuesta por periodistas y personal técnico de oenegés y entidades sociales.

Sobre estos profesionales, además de sobre el mundo académico universitario, pone el foco Farmamundi en su nuevo proyecto en Aragón, un ciclo formativo pionero que persigue lograr una comunicación transformadora que defienda los derechos humanos y genere cambios en la sociedad. Esta debe contribuir a modificar «aquellas estructuras que invisibilizan y restan capacidades a algunos colectivos a través de sus representaciones», defendió Nos. Y abogó por «un cambio de narrativas», en las que además de «visibilizar y denunciar» las injusticias sociales, se imaginen y hagan propuestas de cambio en positivo.

Sensibilidad

Esos mensajes, además, deber estar impregnados de una «sensibilidad ética» que interpele al público a través de «emociones movilizadoras» que lo lleven «a la indignación, no a la culpa». Y deben lanzarse sin perder de vista la «resonancia cultural», conectando «con los valores y normas vigentes en la cultura de la audiencia», aconsejó.

Las primeras acciones de este ciclo formativo se celebraron, a primeros de mes, con alumnado y docentes de las áreas de Ciencias de la Información de la Universidad San Jorge y la pública de Zaragoza. Y continuaron el pasado 12 de mayo con la jornada que, junto a Nos, protagonizó Juan Carlos Tomasi, reconocido fotoperiodista de Médicos sin Fronteras, que lleva más de 25 años recorriendo las regiones más remotas del planeta para documentar crisis humanitarias.

El fotógrafo hizo un recorrido a través de su obra, mostrando cómo se lleva a la práctica, de una forma magistral, la comunicación dignificante. Y aclaró «la diferencia entre foto e imagen» en el ámbito del fotoperiodismo. «Una fotografía siempre tiene una tesis detrás, un trabajo intelectual» que interpela al espectador y le plantea preguntas.

Este experto en comunicación audiovisual humanitaria advirtió de que «una foto nunca va a cambiar el mundo. Los que tienen de verdad la capacidad de producir cambios son los políticos» y quienes detentan el poder. Eso sí, «la suma de muchos fotógrafos y testimonios» sí puede llegar a producir transformaciones en el mundo real, para bien o para mal.

Y, en esta misma línea, para que nadie se lleve a engaño, aseveró que el periodismo «no es objetivo. Lo que funciona es la honestidad». De ahí la necesidad de que las oenegés dispongan de códigos de conducta, como el que el propio Tomasi contribuyó a crear en Médicos sin Fronteras. Nunca publican una foto sin el consentimiento de sus protagonistas, ni ninguna que pueda exponerlos a cualquier clase de peligro.

Cerraron la jornada la periodista Ana Mancho, profesora de la Universidad de Zaragoza, que relató sus experiencias en el periodismo humanitario como redactora de Aragón TV, y María José Gascón, técnica de Oxfam Intermón Aragón, que habló acerca de la necesidad de que las oenegés contrarresten la desinformación contra la inmigración y los discursos de odio.

El objetivo del diálogo que está propiciando Farmamundi entre periodistas y oenegés con este ciclo formativo es encontrar un punto de encuentro para mostrar las diferentes realidades sociales desde una perspectiva comprometida con los derechos humanos. Pretende reforzar el papel de los medios de comunicación como altavoz para mejorar las condiciones de vida de las personas, y contribuir así a la comunicación como herramienta para la transformación social.