Con el verano llegan las dificultades de conciliación para quienes tienen hijos en edad escolar, ante la necesidad de encontrar espacios donde los menores ocupen el tiempo mientras sus padres trabajan. Para las familias en situación de vulnerabilidad social, estos problemas se agravan. «Es el caso de las familias monoparentales, la población inmigrante sin redes familiares de apoyo o las familias con pocos recursos económicos, a las que les supone mayor dificultad poder acceder a espacios o ayudas para el cuidado de los niños», apunta Belén Portolés, directora de YMCA Aragón.
«Hemos identificado que los niños que atendemos debido a estas circunstancias pasan mucho tiempo solos. La figura del cuidador principal se traslada en estos casos a los hermanos y hermanas mayores, lo cual genera una responsabilidad de cuidado familiar desde edades muy tempranas, repercutiendo en su tiempo de calidad con los iguales, imprescindible para un correcto desarrollo durante la etapa adolescente», agrega Portolés.
El 90% de las excedencias y el 95% de las reducciones de jornada para el cuidado de los hijos las solicitan mujeres
Empresas de ocio y tiempo libre organizan colonias y ludotecas para estos meses, aunque en muchos hogares su coste es inasumible. También hay entidades sociales y administraciones públicas que ofrecen estos servicios de forma gratuita o a bajo coste. Pero «estos recursos suelen disponer de pocas plazas y reciben muchas solicitudes», señala Diana García, una de las responsables de la Asociación de Madres Solas (Amasol). Además, añade, estas actividades «no siempre se adaptan a las necesidades concretas de las familias, por ejemplo, respecto a las fechas solicitadas, o cuando su duración, limitada, no es suficiente».
García destaca asimismo que el sacrificio que implica conciliar suele recaer sobre las madres. «El 90% de las excedencias y el 95% de las reducciones de jornada para el cuidado de los hijos las solicitan mujeres, lo que conlleva pérdida salarial y precariedad laboral. Y, en ocasiones, la rigidez de los horarios y las condiciones laborales suponen verdaderos obstáculos, lo que lleva incluso a dejar el empleo».
Estas situaciones se vuelven todavía más complejas para las familias monoparentales, donde un solo adulto –casi siempre, adulta- es el único responsable del sustento económico del hogar, la crianza y el cuidado de los menores. Esto «no supone ningún problema cuando se tienen resueltos los aspectos económicos y de red familiar y social. Pero, cuando no es así, las desventajas se manifiestan en todos los ámbitos», asegura la directiva de Amasol. «Más de un millón y medio de madres solas en España se enfrentan a decisiones difíciles para mantenerse a flote. Muchas tienen que elegir entre trabajar, aunque sea de manera precaria, o quedarse en casa porque no tienen recursos ni una red de apoyo para cuidar de sus hijos».
Más de un tercio de las madres solas no puede contar con nadie que le ayude con los hijos, lo que para García «constituye una dificultad de primer orden» y es «uno de los principales motivos» por los que más de un 40% de estas mujeres están desempleadas. «Y, para las que trabajan, no hay opción de reducir jornada laboral» porque su sueldo es el único que entra en casa. Si además lo hacen «en sectores altamente feminizados y, por ello, precarizados», los bajos salarios «no permiten asumir gastos de conciliación».
Esta precariedad queda manifiesta en las cifras del Informe AROPE sobre pobreza infantil, que afecta a tres de cada cuatro niños de familias monoparentales encabezadas por mujeres. «Pero sorprende negativamente que, aunque sus madres trabajen, más de la mitad de estos niños y niñas siguen estando en situación de pobreza», prácticamente el doble que en el resto de los hogares.
Tanto YMCA como Amasol son dos de las entidades sociales aragonesas que tratan de dar cobertura a las necesidades de conciliación de las familias socialmente vulnerables, prestándoles servicios de ocio y tiempo libre durante el periodo estival. Cerca de 700 niños, niñas y jóvenes participan en Zaragoza, Huesca y Teruel en los campamentos de día o colonias urbanas de YMCA, de lunes a viernes, entre julio y agosto. Y algo más de 1.100 disfrutan de sus campamentos residenciales en Oto (Huesca), Salduero (Soria) y Priego (Soria) durante estos meses.
Sorprende negativamente que, aunque sus madres trabajen, más de la mitad de estos niños y niñas siguen estando en situación de pobreza
Amasol organiza colonias de verano. Y su proyecto de ocio socioeducativo Concilia y Convive también detecta las carencias de cada menor y les da cobertura. «Un ocio positivo puede ser un ámbito de intervención determinante para mejorar el desarrollo personal y social de los menores procedentes de familias en situación de vulnerabilidad, ya que ayuda a atenuar situaciones de riesgo y contribuye a la ruptura de los bucles de la pobreza y la exclusión social», concluye García.