Seguramente seas una persona de ese 80% de población que, según los datos del ‘Barómetro de la desinformación y discursos del odio frente a personas migrantes’ de Oxfam Intermón, ha escuchado bulos sobre ese grupo de población. Quizás, a su vez, estés entre el 67% de personas preocupadas por la desinformación y su impacto en la vida real. Es posible, igualmente, que seas parte del 54% de la ciudadanía que declara que “hay tanta desinformación que ya no me creo nada”, y que elige vivir aislada de opiniones y narrativas contrarias a la suya, o que verifica menos todo aquello que confirma sus opiniones o reafirma sus valores.

Frena. Verifica. Comparte’ es el lema de una campaña para hacer frente a los bulos sobre personas migrantes y sus consecuencias. La desinformación construye una forma distorsionada de percibir a las personas migrantes, alejada de la evidencia, sustrato necesario para que los discursos de odio calen, lleguen hasta nuestras creencias y, peor aún, hasta nuestros actos

Se está produciendo un aumento preocupante de expresiones de intolerancia y racismo. Las personas migrantes son utilizadas como chivos expiatorios para encubrir cuestiones no resueltas en la sociedad (desigualdad, desprotección social, empleo precario, acceso a servicios públicos fundamentales), evitando así que se ponga el foco en las verdaderas causas estructurales de la desigualdad y la pobreza. Las crisis son, además, el caldo de cultivo perfecto en el que proliferan aún más los relatos racistas, permeando de manera alarmante en la ciudadanía.

La forma en que se cuenta la migración (palabras, imágenes y conceptos asociados) no son elementos abstractos que se establecen de forma inofensiva en el imaginario común, sino que constituyen el molde del trato que se dispensa a las personas migrantes. La desinformación: ese meme, esa cadena de mensajes de rechazo, ese audio de ayudas sociales, esa pintada en la calle sobre niños/as que viajan solos, construye intencionadamente un clima de miedo, polarización y desconfianza hacia las personas migrantes, reforzando estereotipos y prejuicios e incrementando sustantivamente la exposición a narrativas de odio. Estas creencias, a su vez, impiden los cambios políticos necesarios hacia la transformación y justicia social.

El discurso de odio constituye una amenaza para la democracia y la cohesión social. Afecta directamente a la vida de las personas migradas, a sus familias y a la sociedad en su conjunto, dificultando la buena convivencia y limitando su contribución como bien público global.

Frenar los bulos, verificar contenidos y compartir desmentidos son pasos necesarios para el cambio. La campaña Frena. Verifica. Comparte, que forma parte del Proyecto Righting the wrongs: fact checking vs hate trolls, apoyado por Rights, Equality and Citizenship Programme de la Unión Europea (2014-2020), está realizada por Oxfam Intermón junto a Maldita, Mundo en Movimiento y Trabajadoras del Hogar y Cuidados de Zaragoza, y pretende contribuir a ello.