Aunque la Fundación Térvalis, a través de la cual ejecuta las acciones de responsabilidad social corporativa su matriz –el conglomerado empresarial que le da nombre-, desarrolla casi toda su actividad en la provincia de Teruel, también está presente en otros lugares de Aragón. Es el caso del centro especial de empleo Impulso Tecnológico, ubicado en el polígono de Cogullada, en Zaragoza.

El Grupo Térvalis puso en marcha la fundación en el año 2005, con el ánimo de "devolver a la sociedad parte de lo que nos ha dado", tal y como reza su lema. Desde entonces, la creación de empleos estables para colectivos y sectores de la sociedad en riesgo de exclusión ha sido su prioridad. Hoy, da trabajo a 120 personas con discapacidad y en otras situaciones de vulnerabilidad social.

Uno de los centros especiales de empleo de la fundación es el citado Impulso Tecnológico, especializado en actividades industriales auxiliares de ensamblaje y manipulación manual. La empresa ya existía previamente, pero, tras el abandono del anterior gestor privado, el Gobierno de Aragón tuvo que hacerse cargo de la misma y, en el 2007, encargó su gestión a la entidad turolense, solo dos años después de su nacimiento. «Fue nuestro primer centro especial de empleo, y por eso le tenemos mucho cariño», destaca José Miguel Muñoz, director de operaciones de la Fundación Térvalis.

Impulso Tecnológico cuenta con una plantilla de dieciocho personas, todas ellas con discapacidad física o sensorial. Por lo tanto, además de ser una empresa, el centro cumple sobre todo una función social, que no es otra que generar empleo para este colectivo, que a día de hoy sigue teniendo grandes dificultades para su inserción laboral.

«Los puestos de trabajo están adaptados para el tipo de discapacidad de cada uno de los empleados», señala Muñoz. De esta forma, además de lograr que cada trabajador se sienta cómodo, esto se refleja en los resultados. «Somos excelentes en manipulación», afirma.

Sus trabajos son garantía de calidad para las empresas que cuentan con los servicios de este centro especial de empleo. Además, esta contratación ayuda a las compañías a cumplir con las cuotas de empleados con discapacidad que marca la ley, especialmente a aquellas que, por su tamaño o por el tipo de actividad que desarrollan, tienen más complicado integrarlos directamente en sus plantillas.

En Impulso Tecnológico se dedican fundamentalmente al montaje de circuitos electrónicos, pequeños transformadores y otros componentes asociados a estas tecnologías. Durante un tiempo, también funcionaron como industria auxiliar de la automoción, en tareas variadas como la elaboración de telas para asientos de vehículos, el corte de espumas o la realización de manualidades sobre pequeñas piezas de acabados.

A día de hoy, su actividad se centra en el montaje de piezas y placas electrónicas para una conocida firma de electrodomésticos. Pero la crisis de suministro de componentes que está sufriendo este sector industrial podría poner en peligro la subsistencia del centro especial de empleo y, con él, la de unos puestos de trabajo tan relevantes desde el punto de vista social.

Por ello, desde la Fundación Térvalis animan a otras empresas a contar con los servicios de Impulso Tecnológico, sobre todo, «a aquellas que dediquen mucho trabajo a los montajes de piezas pequeñas. Nosotros somos rápidos, competentes y muy serios con los plazos de entrega, y contamos con el aval de quince años de experiencia», concluye Muñoz.