Un compromiso que se hace accesible

Elisa Barrera Meneses

“¿Y esto, para qué va a servir?”, fue la primera pregunta de los equipos de validación cuando empezamos la adaptación a lectura fácil del Primer Plan Integral de Discapacidad de Aragón 2021-2024. Aunque los equipos de voluntariado en accesibilidad cognitiva llevan trabajando en red desde hace más de cinco años, las más de cien páginas del documento adaptado y las horas que se han dedicado a leer y repensar el texto pedían tener muy claro a dónde queríamos llegar.

La lectura fácil, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), beneficia a una de cada tres personas en el mundo. Ayuda a las personas con discapacidad intelectual, pero también a las que tienen dificultades cognitivas, problemas de aprendizaje o de comunicación o se enfrentan a una lengua que no conocen bien. No dudamos de la utilidad de la lectura fácil, que durante años nos ha acercado la cultura, la justicia, la factura de la luz y hasta la primera ley en lectura fácil incluida en un boletín oficial. La pregunta no es para qué sirve la lectura fácil, sino por qué adaptar el Plan de Discapacidad.

El objetivo del mismo es que las personas con discapacidad puedan saber qué compromisos ha adoptado con ellas la sociedad. Esta garantiza que todas las personas tengamos los mismos derechos y nosotras nos comprometemos a ejercerlos de forma responsable. El plan integral es el eslabón más reciente de una cadena de acciones para que las personas con discapacidad vean aseguradas su autonomía y su vida independiente con las mismas oportunidades que el resto de la ciudadanía. Por una parte, sus acciones aterrizan los compromisos internacionales y estatales que en la última década han dado la vuelta a la inclusión de la discapacidad en la sociedad. Por otra, recoge el apoyo del Gobierno de Aragón a estos compromisos, con acciones transversales a todos los ámbitos de la vida.

Este plan sigue una idea clave: la desigualdad no surge de las diferencias entre unas personas y otras, sino que viene de la forma en la que organizamos la sociedad, y en la misma organización está la clave para eliminarla. Busca estructurar y regular la sociedad mediante la no discriminación, la vida independiente, la participación o el diálogo civil, y además intenta ponerlo en práctica: el proceso participativo de creación de este plan incluyó también a personas con discapacidad y a 55 de las entidades que las representan. Recoge medidas sobre educación, sanidad, cultura o acceso a la Justicia. Y sería una lástima que una parte de las personas a las que se dirige se quedasen sin conocer su contenido, cuando tenemos las herramientas para hacerlo más accesible.

“Vale. ¿Pero esto, para qué va a servir?”. Aunque no haya una estadística actual de personas con discapacidad intelectual, Plena inclusión Aragón y sus entidades atienden a unas 4.500 en todo Aragón, que ahora pueden ver escrito en este plan el compromiso que la comunidad tiene con ellas. Su adaptación a lectura fácil les permite conocer sus derechos y, así, poder ejercerlos.