Es ahora o nunca

La Asamblea Ciudadana por el Clima está recorriendo las comunidades autónomas para trasladar a las administraciones públicas sus recomendaciones para luchar por el cambio climático

Olga Pacho es una de las representantes de los aragoneses en la Asamblea Ciudadana para el Clima.

Olga Pacho es una de las representantes de los aragoneses en la Asamblea Ciudadana para el Clima. / Jaime Galindo

Mario Gracia

Incentivar los proyectos locales de absorción de carbono en masas agroforestales, promover el transporte público sostenible a los centros de trabajo, considerar los impactos del cambio climático en la salud y para la prevención de riesgos laborales, penalizar fiscalmente las malas prácticas que conlleven un impacto ambiental negativo en la producción agroalimentaria, introducir el consumo responsable en los currículos educativos, legislar contra la obsolescencia programada de los productos… Estas son solo seis de las 172 recomendaciones para acelerar la lucha contra el cambio climático que la Asamblea Ciudadana para el Clima está trasladando a todas las comunidades autónomas, tras presentarlas al Ejecutivo central y al Congreso de los Diputados.

Hace un par de semanas fue el turno del Gobierno de Aragón. El director general de Cambio Climático y Educación Ambiental, Carlos Gamarra, se reunió con varios de los miembros de esta alianza, entre los que estaban los representantes aragoneses que la integran. Una de ellos es la zaragozana Olga Pacho. “Estamos intentando llegar al máximo posible de instituciones y entregarles las propuestas para que todos se pongan a trabajar por el cambio climático”, indica.

Tras el encuentro, Gamarra aseguraba que, “como responsable público, es muy importante escuchar a la ciudadanía, especialmente a un grupo como la Asamblea Ciudadana para el Clima, que ha trabajado durante meses y que ha demostrado ser un ejemplo de organización y consenso. Sus conclusiones han de servirnos como referencia y como herramienta para conocer mejor las preocupaciones de la ciudadanía”.

Y a eso aspira la asamblea, a que sus recomendaciones no caigan en saco roto y generen consensos sobre cuáles deben ser las soluciones a las grandes transformaciones que es necesario acometer para alcanzar la neutralidad climática antes del año 2050. Según Olga Pacho, el objetivo de esta ronda de contactos institucionales es “concienciar, tanto a la sociedad como a nuestros políticos, de lo que nos espera. Nos tenemos que poner las pilas ya, porque nos vienen años bastante complicados a nivel climático, y tenemos que adaptarnos. El cambio climático ha venido a ser una prioridad en nuestra vida”.

La Asamblea Ciudadana para el Clima tiene su origen en la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental en España de enero del 2020, que incluía entre sus compromisos reforzar los mecanismos de participación, y que se consagró en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Está compuesta por un grupo de 100 ciudadanos elegidos aleatoriamente como muestra representativa para reflejar la diversidad de la sociedad española, atendiendo a criterios como edad, género, nivel educativo, procedencia geográfica o residencia en área urbana o rural, entre otros.

A lo largo de seis meses, la asamblea se ha reunido para reflexionar sobre la emergencia medioambiental, con el apoyo de expertos, y proporcionar una visión social sobre cómo acelerar la lucha contra el cambio climático. Pese a la diversidad de sensibilidades e ideologías de sus componentes, han podido consensuar un paquete de propuestas para lograr un país más seguro ante el cambio climático, con menos emisiones de gases de efecto invernadero y menos vulnerable a los riesgos de la emergencia climática, teniendo presentes los principios de solidaridad y justicia social.

El texto resultante, que está disponible en la web de la asamblea, cuenta con 172 recomendaciones, enmarcadas en 58 objetivos y organizadas en cinco grandes bloques: consumo; alimentación y usos de suelo; comunidades, salud y cuidados; trabajo y ecosistemas. “A mí me tocó el grupo del área de vida de sociedad y trabajo”, comenta Olga, que dice sentirse “orgullosa de mis compañeros, todos muy trabajadores con las propuestas”.

Esta representante de Aragón en el proceso deliberativo contra el cambio climático en España también expresa estar “muy orgullosa de formar parte de la Asamblea Ciudadana para el Clima”, a pesar de que la participación ha requerido de un gran esfuerzo para sus integrantes y les ha acarreado “mucho trabajo. He tenido que cambiar turnos para poder asistir a las videoconferencias, que se celebraban en fin de semana. Pero cada reunión era un nuevo reto para mí”, afirma, al tener la oportunidad de departir y consensuar propuestas con “gente tan diferente y, a la vez, todos con un mismo objetivo: cambiar el planeta”.

Más allá de las 172 recomendaciones concretas para contribuir a la lucha contra cambio climático, la participación en esta iniciativa le ha permitido a Olga Pacho llegar a una conclusión. “Es crucial la aprobación de un pacto de Estado. Ahora ya no podemos seguir hablando de intereses individuales. Esto no es un juego. Estamos matando al planeta, y a nosotros con él. Es ahora o nunca”.