¿Cómo ha evolucionado la exclusión residencial en los últimos años?
Tanto en el conjunto de España como en Aragón, la vivienda es un factor clave en las dinámicas de la exclusión social. Lo era antes de la pandemia y continúa siéndolo actualmente, pues ha continuado agravándose, sobre todo en los hogares más vulnerables.
¿Qué consecuencias tiene la combinación de la baja calidad del empleo y los altos costes de la vivienda, tan característica de nuestro país?
Los altos precios del acceso y el mantenimiento de la vivienda, la precariedad en el empleo y los bajos niveles de ingresos son una combinación de circunstancias vitales nefastas para quienes las sufren y que concurren en muchas de las personas que se encuentran en exclusión social en nuestro país. Para frenar esas trayectorias de exclusión residencial es necesario abordar todas ellas. La mejora del acceso al empleo y en los ingresos es insuficiente si los costes de la vivienda siguen manteniéndose tan elevados.
¿Tiene este elevado coste algo que ver con el modelo residencial dominante en España?
La estructura de la vivienda en España no ha tenido variaciones significativas en sus parámetros durante los últimos cincuenta años. El sistema de provisión residencial en España está fuertemente orientado al régimen de tenencia en propiedad, primando una lógica economicista, frente a otra basada en los derechos humanos. Históricamente, el mercado ha sido el principal mecanismo de asignación residencial, habiendo una estructural escasez e insuficiencia del parque de vivienda pública en todas sus modalidades. Estamos a años luz de la oferta de vivienda social de la mayoría de países de la Unión Europea.
¿Sería necesario poner en marcha nuevas políticas públicas de vivienda?
El acceso a una vivienda digna es un problema grave, complejo y con muchas aristas, pero que puede y debe ser abordado desde las políticas públicas. Las medidas de emergencia habitacional y energética que se pusieron en marcha durante la pandemia mostraron que sí es posible llevar a cabo políticas públicas, pero hay que darles sostenibilidad y abordar políticas en materia de vivienda de manera integral. La aprobación de la ley de vivienda puede ser una oportunidad para seguir avanzando en este sentido.
¿Puede trazar un perfil de los colectivos sociales más afectados por la exclusión o la precariedad residencial?
Cuando pensamos en situaciones de exclusión de la vivienda, normalmente nos imaginamos a personas que están en situación de calle, durmiendo debajo de un puente o en un cajero. Esas situaciones existen, pero también hay otras situaciones de exclusión residencial no siempre visibilizadas.
¿Cuántos hogares lidian con la exclusión residencial en Aragón?
Según el informe FOESSA de 2019, en Aragón había 11.000 hogares en situación de vivienda insegura. Son hogares que no tienen contrato de arrendamiento, donde hay personas que viven bajo la amenaza de la violencia, o con notificación de desahucio. La inseguridad en la vivienda provoca una inestabilidad vital importante sobre si se podrá seguir residiendo en la vivienda en un corto o medio plazo, y empuja a quienes la sufren a sentir amenazada la integridad física de las personas que habitan en ella. En situación de vivienda inadecuada, esto es, en un espacio que no reúne condiciones adecuadas para la habitabilidad, con hacinamiento y barreras arquitectónicas, deficiencias constructivas o sin acceso a suministros, se encontraban en Aragón unos 42.000 hogares en 2019. La concurrencia de condiciones de vivienda insegura e inadecuada afecta a 3.000 hogares. Todas estas situaciones conforman la exclusión residencial y han de ser abordadas, siendo además el paso previo de las situaciones más graves de vivir en la calle o en alojamientos temporales.
¿Dedica Cáritas Zaragoza muchos esfuerzos a la lucha contra la exclusión residencial?
El agravamiento de las dificultades de acceso a la vivienda lo detectamos en Cáritas cada día. En su conjunto, entre los atendidos por Cáritas, el 37,5% estaban en situación de exclusión residencial. En tan solo un año se ha incrementado en un 10,8%, y el porcentaje continúa creciendo en lo que llevamos de 2023. Ante esta situación, no es de extrañar que el 52,3% de las ayudas económicas de Cáritas Zaragoza se destinara a vivienda: alquiler, equipamiento, luz, gas, etcétera.
¿Cuáles son las circunstancias vitales de esas personas?
De entre los atendidos en situación de exclusión residencial en Caritas Zaragoza destacamos dos grupos. Por un lado, tres de cada diez hogares atendidos por Cáritas Zaragoza en 2022 residen en habitaciones realquiladas, y es una situación reiterada en los últimos años: familias completas que residen en habitaciones, compartiendo piso con otras, para así poder residir bajo un techo, normalmente sin título legal, en espacios pequeños y con escasas condiciones de habitabilidad. En este grupo están representados todo tipo de hogares, si bien hay una mayor presencia de mujeres y de población menor de 35 años y personas migrantes. Por otro lado, hay un segundo grupo, que es menos numeroso, pero su situación de exclusión es más grave. Representan entre el 5 y el 8% de los hogares atendidos. En este grupo, la población mayor de 35 años es superior a la media y está más masculinizado (ocho de cada diez son hombres), si bien la mujer que están sin hogar suele ser una situación más invisibilizada, aunque se está incrementando y sufre situaciones más graves. Es el rostro concreto de la exclusión residencial que presentaremos en el acto público del día 20 de septiembre.
¿Qué se va a abordar en esa jornada?
Hemos preparado un acto para visibilizar las situaciones de exclusión de acceso a la vivienda y sus consecuencias en la vida de las personas más vulnerables, en especial, en el caso de las mujeres que están sin hogar. Hemos partido de un estudio sociológico, del que contaremos algunos titulares, pero el acto va a ser un espacio abierto al diálogo y a la participación, donde las personas que conocen de primera mano esta realidad compartirán también su visión.