Artículo de firma invitada
Las palabras importan
Isabel Poncela Laborda
El periodismo tiene una altísima responsabilidad. La primera, la de proporcionar una información veraz. Así lo mandata el artículo 20 de la Constitución Española. Derivada de esa obligación hay otra, no menor, que tiene que ver con la justicia social, con la capacidad del periodismo para generar opinión pública desde los valores.
En un momento en el que el periodismo está en el disparadero, los y las profesionales de la comunicación debemos hacer un ejercicio de autocrítica, un análisis profundo de las causas de la desafección social hacia este oficio. Tienen que ver, seguro, con los bulos, las noticias falsas, los rumores, las noticias histriónicas o sesgadas. La primera receta es la superación de la equidistancia. El periodismo no puede serlo con determinadas cuestiones. No con la igualdad de género, la inmigración o la pobreza. No con la integración y la inclusión.
Los mensajes importan. Casi tanto como las palabras y las imágenes que se utilizan para transmitirlos. Y en el caso de las informaciones que tienen que ver con las personas con discapacidad, es nuestra obligación crear una imagen responsable, respetuosa con la diversidad, empática, que no caiga en los estereotipos de la heroicidad o el victimismo, que contribuya a la concienciación y, sobre todo, que apueste por la inclusión.
Las personas con discapacidad tienen una presencia cada vez mayor en la sociedad y, por lo tanto, en los medios de comunicación. Los periodistas han de ser especialmente escrupulosos con estas informaciones para evitar afianzar prejuicios o, incluso, la discriminación de estas personas. Es esencial no contraponer a las personas con discapacidad con la normalidad. Es necesario incorporarlas con todos sus derechos a los relatos, que se constituyan en fuentes autorizadas, que no se recurra a ellos simplemente por cumplir unas cuotas o dejar patente un mal entendido buenismo que no hace ningún bien al colectivo, pero tampoco a la sociedad en general.
La Asociación y el Colegio de Periodistas de Aragón y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi-Aragón) quieren contribuir a esa limpieza de los mensajes con la recién presentada guía 'Informar sobre la discapacidad'. El documento, que se ha puesto ya a disposición de los y las profesionales de la comunicación, pretende ofrecer a la profesión unas pautas para el trato informativo adecuado de las noticias que tienen que ver con este colectivo.
La guía dispone de un decálogo de buenas prácticas que recomienda dejar de lado los lugares comunes en las informaciones de las personas con discapacidad. Es esencial, además, estar muy atentos para no ahondar en dobles discriminaciones, por ejemplo, de las personas con discapacidad migrantes o mujeres.
En la vorágine de las redacciones, sentémonos a pensar, a ponernos en el lugar de los demás. Interioricemos nuestro papel de defensores de valores. Recordemos, en definitiva, que la accesibilidad universal es un derecho.
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