La reaparición de ETA ayer se produce en vísperas de la manifestación convocada por el lehendakari contra la banda terrorista para el próximo domingo. Una marcha que, por primera vez en mucho tiempo, reunirá a todos los partidos democráticos. Pero también echa por tierra las esperanzas de dirigentes vascos que, en privado, habían mostrado su convencimiento de que ETA había declarado una "tregua de hecho".

UN SOLO LEMA El Gobierno vasco había dejado claro ayer mismo que el único lema de la manifestación del domingo será "ETA kanpora (Fuera ETA)", y reclamó que no se utilice ningún otro, en un intento de tranquilizar a socialistas y populares, que acudirán a la marcha.

Tanto el PP como el PSE y otras organizaciones, como Basta Ya, irán a la manifestación, pero temen que la protesta se convierta en una muestra de apoyo al plan del lehendakari de hacer de Euskadi una "nación libre asociada a España". Por ello, el portavoz del Ejecutivo vasco, Josu Jon Imaz, insistió en que no deben corearse lemas partidistas ni enseñar pancartas que vayan más allá de exigir a ETA que deje de matar.

Sin embargo, Ibarretxe no ha logrado el apoyo del sindicato ELA, afín al PNV, que califica la manifestación de "un retroceso político", ya que se realiza "en clave exclusivamente antiterrorista".

El tiroteo de los dos etarras con los guardias civiles pilló a Juan José Ibarretxe en Córdoba, donde el lehendakari pronunció una conferencia sobre su plan soberanista. Al acto asistió un centenar de personas y, a la entrada, varias decenas le gritaron "asesino".