José María Aznar busca un hueco en su apretada agenda --centrada en el conflicto de Irak-- para proceder al relevo de Jaume Matas como ministro de Medio Ambiente con el fin de que éste se dedique a su candidatura a la presidencia del Gobierno balear ante las elecciones autonómicas del 25 de mayo. El jefe del Ejecutivo central podría tomar hoy la decisión antes de reanudar sus contactos con los mandatarios de Francia y Gran Bretaña. El presidente suele despachar los martes con el rey Juan Carlos, al que debe dar cuenta de los cambios en el Gobierno.

Aznar viajará este miércoles a París para entrevistarse con el presidente francés, Jacques Chirac. El jueves y el viernes será el anfitrión del primer ministro británico, Tony Blair. Estas citas hacen difícil abordar a finales de esta semana un asunto como una reforma de Gobierno, aunque sea mínima.

LOS MECANISMOS Fuentes del PP también apuntan que la decisión se podría aplazar una semana, ya que Aznar recibe hoy al presidente de El Salvador. En todo caso, los conservadores han puesto en marcha los mecanismos precisos para hacer pública la candidatura de Matas, algo que sucederá "pronto", según dijo ayer el secretario general del Partido Popular, Javier Arenas.

Fuentes de este partido mantienen que será una mujer, probablemente la concejal madrileña Mercedes de la Merced, la que se convierta en ministra de Medio Ambiente.

Esta leve reforma gubernamental no afectaría en principio a otras áreas del Ejecutivo. La previsible salida de Josep Piqué de Ciencia y Tecnología para competir en las elecciones catalanas de octubre se produciría tras las elecciones municipales del 25 de mayo.

LOS APOYOS Los populares son conscientes de que esos comicios serán el termómetro que medirá los apoyos a la gestión del Ejecutivo. Los dirigentes del PP tratan de conjurar los malos augurios de las encuestas, que muestran un deterioro en la imagen del Gobierno por la crisis del Prestige y el conflicto de Irak con el argumento de que estos acontecimientos no influirán en el voto al tratarse de unas elecciones de fuerte contenido local.

Arenas rebajó algo el entusiasmo de semanas atrás, cuando decía que el PP tenía una intención de voto del 40%. Ayer reconoció que el partido no está "en su mejor momento", aunque calificó de "posición muy sólida" que, tras siete años en el poder, tenga un respaldo del 38%.