Aplausos, vivas y, sobre todo, "gracias, Zapatero". Los dos centenares de familiares y amigos de los 1.300 soldados que asistieron ayer a la disolución de la Brigada Plus Ultra 2, tras culminar su misión, agradecieron efusivamente la decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de retirar todas las tropas de Irak. El ministro de Defensa, José Bono, afirmó en su alocución: "Los desafueros de los extremismos, de todos los extremismos, no valen la vida de un solo ser humano".

Un día después del regreso de todos los efectivos de la Plus Ultra 2, el presidente del Gobierno no quiso perderse la oportunidad de agradecer personalmente "la extraordinaria labor" de las tropas españolas en Irak y no dudó en acudir a la base General Menacho, en Bótoa (Badajoz), para presidir el acto de disolución de la brigada.

Muertos y heridos

Las palabras de Zapatero fueron escuetas y sencillas. En el brindis ("por la feliz vuelta a casa" de los soldados y "por el Rey"), el presidente destacó "el patriotismo, la profesionalidad y la entrega" de los militares al mando del general Fulgencio Coll en el cumplimiento de la misión. Zapatero tuvo un sentido recuerdo para el comandante de la Guardia Civil Gonzalo Pérez García, herido de muerte el 22 de enero cerca de Diwaniya y fallecido días después en Madrid. Sus familiares, de Navahermosa (Toledo), fueron invitados especialmente por Bono.

Zapatero manifestó su solidaridad con los heridos y su dolor "por todos los fallecidos". En total, han muerto 11 militares y dos periodistas españoles, Julio Anguita Parrado y José Couso, durante la invasión anglo-norteamericana de Irak.

El presidente comenzó a sentir la efusividad de los familiares a los pocos minutos de llegar a la base de la Brigada Extremadura. Ya durante la revista a la formación, en la explanada, donde habían sido colocadas mil sillas, recibió los primeros vítores y aplausos. Después del acto castrense, algunos paisanos se le acercaron, le saludaron y abrazaron.

Panorama sombrío

El general Coll pintó un panorama sombrío sobre la situación en Irak a partir de la intervención norteamericana del 4 de abril contra los guerrilleros del Mehdi y vino a decir con palabras diplomáticas que aquello fue un infierno. "Tras el 4 de abril, se vio alterada la relativa tranquilidad... En esos momentos, bajo un fuego hostil incesante, la respuesta de nuestros soldados fue graduada, proporcionada, con valentía y ofreciendo lo mejor para salvar a la población civil".

El general tuvo palabras de agradecimiento hacia los centroamericanos y hacia el mando polaco, aunque ni una sola para los norteamericanos. "En esta lucha nos hemos sentido respaldados por el Gobierno y el resto de las Fuerzas Armadas", aseguró, después de evocar al guardia civil fallecido y de señalar que 12 de los formados "han sufrido heridas" de diversa consideración.

Dejaba traslucir amargura al contar cómo iban rehaciendo la vida civil: formaron a 1.212 agentes del cuerpo de defensa civil, destruyeron más de 60.000 armas, rehabilitaron 40 escuelas, 5 bibliotecas, 7 plantas potabilizadoras y 8 mataderos, garantizaron el suministro de electricidad y combustible, y realizaron 13 operaciones contraterroristas en Diwaniya y Nayaf. En este proceso se encontraban cuando todo se vino abajo: "Tras el 4 de abril, todo se vio alterado" por la intervención norteamericana, que dejó un saldo de 20 iraquís muertos en Nayaf, más un soldado estadounidense y otro salvadoreño.

Pero ayer era un día feliz: medallas al mérito militar con distintivo rojo para seis militares que intervinieron en actos armados, y una con distintivo amarillo para el soldado Javier Díaz Durán, que perdió un ojo. Y 19 al mérito militar. A todos se las impuso Zapatero. Al general Coll, que no estaba entre los condecorados, se la prometió Bono en una alocución austera. El ministro simbolizó en la presencia de Zapatero "el patente testimonio del cariño de los españoles por nuestros soldados" y reiteró que "antes de 30 días" habrán vuelto todos.

Ibarra y la unidad

El presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, fue invitado a hablar en el brindis y recordó que si en diciembre, cuando partió la Plus Ultra 2, "el país se empezaba a dividir", ahora "todos los españoles se sienten identificados con el Ejército". "Esto ha unido incluso a los que no se sienten españoles y me llamaban preocupados --subrayó Ibarra--; ellos son tan españoles como nosotros, pero aún no lo saben".