El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y el lendakari, Juan José Ibarretxe, desbloquearon ayer las relaciones institucionales entre el Gobierno central y el vasco, en una reunión que sirvió como primer paso para reconducir la falta de comunicación entre Madrid y Vitoria en los últimos años.

La cita era preparatoria de la que antes del verano reunirá al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con Ibarretxe. La expectación se vio rebajada por el tono frío con el que Sevilla y la vicelendakari, Idoia Zenarruzabeitia, que participó en el encuentro, resumieron los noventa minutos que duró. "Es una reunión importante, pero no deja de ser una primera reunión", apuntó Sevilla. La vicelendakari se limitó a calificarla de "correcta".

RELACION FLUIDA "Lo más importante es generar un clima de relación institucional fluida que permita llegar a acuerdos y acotar las discrepancias", afirmó Sevilla, quien dejó claro que entre el Ejecutivo de Zapatero y el vasco existen discrepancias, pero enfatizó que su intención es encontrar "un marco para resolverlas". Indicó que durante el contacto con el lendakari se había iniciado el proceso de "desbrozar conflictos" relacionados con el desarrollo estatutario y citó concretamente los problemas del cupo y el despliegue de la Ertzaintza. Zenarruzabeitia evitó después aclarar si se fijó un calendario para tratar las competencias pendientes de traspaso.

El encuentro entre Sevilla e Ibarretxe supone un punto de inflexión en relación con los últimos años. El Gobierno de José María Aznar eludió toda relación institucional con el Ejecutivo vasco. La última visita que se recordaba era la del vicepresidente Rodrigo Rato cuando, en enero del 2000, acudió a la misma sede para firmar la paz fiscal tras la negociación del concierto económico.

EL RELOJ DEL DEBATE Por la mañana, el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, ofreció al PSE --como ya hicieron Ibarretxe y el líder del PNV, Josu Jon Imaz-- "parar el reloj del debate" del plan Ibarretxe para que los socialistas presenten su propuesta de reforma del Estatuto a modo de enmienda parcial al proyecto. El PSE no modificó su rechazo a esta posibilidad.