Se equivocaron quienes vaticinaron que, generosamente, José María Aznar cedería todo el protagonismo a su sucesor Mariano Rajoy al clausurar el congreso del Partido Popular. Aclamado por los delegados como presidente de honor, el líder popular los instó a enorgullecerse de su partido y se empleó con singular dureza contra el PSOE. "Nunca hemos usado cal viva para encubrir un asesinato", proclamó Aznar en referencia a los episodios de guerra sucia contra la banda terrorista ETA registrados hace dos décadas, cuando gobernaba el PSOE con Felipe González al frente.

Aznar pudo haber pronunciado un discurso de perfil bajo, con agradecimientos a la militancia y alabanzas a Rajoy. Pero el expresidente hizo todo lo contrario.

NOSTALGIA Y ESPERANZA Defendió su gestión --incluida la guerra de Irak--; definió qué tipo de oposición espera de su sucesor; acusó al PSOE de "manipular y mentir" tras la matanza del 11-M para arrebatar el poder a los populares; y contrapuso la masacre de Madrid a los crímenes llevados a cabo por el GAL. Al ovacionarlo sin tregua, los delegados evidenciaron que en el PP aún pesa más la nostalgia por el pasado de Aznar que la esperanza ante el futuro que encarna Rajoy.

CADAVERES A LAS ESPALDAS Sin citar al socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien propuso para Aznar el cargo de "presidente de horror" del PP por haber provocado los "200 muertos" del 11-M, el exjefe del Ejecutivo declaró: "Me da igual que me digan que soy como Bin Laden (...) o que un señor diga que tengo 200 cadáveres a las espaldas. El sabrá cuántos cadáveres llevan en su cuenta sus amigos, ésos a los que ampara y anima". Tras esta alusión al apoyo de Ibarra a José Barrionuevo y Rafael Vera, condenados por los crímenes del GAL, José María Aznar recordó que el Partido Popular "nunca" practicó la guerra sucia.

"CON LA CARA ALTA" El expresidente aseguró que se va "con la cara alta y las manos limpias", y que dará "la cara" en la comisión del 11-M para que "la verdad salga a la luz". Entendiendo por "verdad" que los socialistas "manipularon y forzaron la voluntad popular" en las elecciones generales del 14 de marzo que llevaron al equipo de Rodríguez Zapatero a la Moncloa.

A Rajoy le aconsejó que practique la oposición "mañana, tarde y noche", y que, como él, se oponga a las reformas constitucionales y estatutarias. Al presidente del Ejecutivo central, José Luis Rodríguez Zapatero, lo acusó de practicar el "revanchismo", de "desconstruir " la herencia recibida y de abrir una "causa general" contra el Partido Popular.

Mariano Rajoy instó a los militantes a sentirse "muy orgullosos de pertenecer al PP".

REPLICA A GALLARDON En respuesta a Alberto Ruiz-Gallardón, que ha animado al PP a admitir errores, Aznar pidió a los populares que "no sientan vergüenza" por haber gobernado: "Hicimos lo correcto". En una reflexión llena de matices, el expresidente sentenció: "Los que tenemos la razón somos nosotros, y los que se equivocan son los socialistas".