El Gobierno vasco condenó los actos de violencia callejera registrados ayer en San Sebastián, donde varios desconocidos quemaron un autobús urbano en el Boulevard donostiarra y una casa del pueblo. La quema del vehículo se produjo a las cuatro de la tarde, dos horas después de que finalizara una manifestación a favor de los presos de ETA que transcurrió sin incidentes. El incendio de la sede socialista se produjo a primeras horas de la mañana.

Con la escalada de la violencia en las calles del País Vasco en su punto más álgido desde hace muchos meses, todos los partidos políticos, con el PSE a la cabeza, exigieron a la ilegalizada Batasuna que aproveche esta circunstancia para desmarcarse definitivamente de la violencia.

CÓCTELES MOLOTOV Con las calles de San Sebastián repletas de gente por las regatas, un grupo de jóvenes surgió de entre la multitud y vertió líquido inflamable en el interior de un autobús de línea. Al mismo tiempo, otros jóvenes lanzaron un cóctel molotov contra un cajero situado cerca del Boulevard. Los bomberos lograron sofocar las llamas, pero el vehículo quedó destruido.

La sede del PSE de Intxaurrondo también fue objeto de ataques. Los daños se limitaron a la fachada y parte del techo del local, que ha sufrido cinco sabotajes.

El alcalde Odón Elorza (PSE), junto al autobús incendiado, reclamó a Batasuna que condene la kale borroka, mientras el líder de los socialistas guipuzcoanos, Miguel Buen, exigía a esta que "aisle a los violentos que están en su movimiento".

Por otra parte, varios cientos de personas reclamaron en San Sebastián la amnistía de los presos de ETA y el retorno de los huidos de la justicia para que participen en el proceso de paz. En la marcha, que se desarrolló sin incidentes, participó el portavoz de Batasuna, Joseba Permach, entre otros dirigentes de la izquierda radical aberzale.