Se acabó el suspense. Tras la intempestiva cancelación de la noche del miércoles, el primer vuelo de repatriación de inmigrantes senegaleses retenidos en Canarias despegó al fin ayer de Fuerteventura. Su destino no era Dakar, la capital de Senegal, sino Saint Louis, 270 kilómetros al norte. De este modo, las autoridades senegalesas, temerosas de la reacción de una opinión pública hostil a las deportaciones, pretendían que la operación se desarrollara de forma más discreta y evitar incidentes como los que protagonizaron en Dakar los repatriados en mayo.

A las 19.05 horas en Canarias (una hora menos en la Península), salía el primer avión, con 60 deportados y otros tantos policías a bordo. El embarque se hizo sin incidentes, después de que los inmigrantes hubieran pasado sus últimas horas en España en un módulo aislado del centro de retención de El Matorral, "tristes pero tranquilos", según fuentes policiales. Un segundo vuelo debía despegar horas más tarde.

Dos horas después, el aparato tomaba tierra en Saint Louis, donde le aguardaba un gran dispositivo de seguridad con presencia del Ejército, la Gendarmería, la Policía y la Cruz Roja. El gobernador de la región, Ass Soghoufar, recibió a los deportados, que fueron identificados y pasaron una revisión médica en una tienda de campaña levantada a pie de pista. Posteriormente debían ser trasladados a comisaría e interrogados antes de quedar en libertad. El acceso al aeropuerto estaba vetado al público, incluidos los periodistas, mantenidos a 700 metros de distancia.

"PROBLEMAS TÉCNICOS" Tanto el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, como el titular de Interior senegalés, Ousmane Ngom, achacaron la suspensión in extremis del miércoles a "problemas técnicos". Al parecer, las autoridades senegalesas exigieron a última hora que los aviones aterrizaran en Saint Louis en vez de Dakar, como estaba previsto. Los pilotos no aceptaron el cambio, alegando falta de información sobre las condiciones de seguridad del aeropuerto de Saint Louis para un aterrizaje nocturno.

Aunque la cadencia de los vuelos dependerá de la marcha de la operación, están previstos al menos dos más. El primero debe salir hoy a las 20.10 horas de Fuerteventura y el segundo, mañana a las 18.35 horas de Madrid. Mientras, la patrullera de la Guardia Civil Río Cabriel vigila las aguas senegalesas, con 8 guardias civiles y 3 miembros de las fuerzas de seguridad locales. La Río Cabriel no está autorizada a interceptar cayucos, sino que cuando aviste uno debe avisar a la Marina senegalesa.