Un sargento del Ejército fue herido de pronóstico reservado anoche al recibir un disparo en el hombro que le salió por la espalda en las cercanías del cuartel de Loiola, en San Sebastián. Fuentes del departamento vasco de Interior precisaron que fue atacado hacia las 22.00 horas en el camino de Uba, una zona rural cercana al acuartelamiento.

El militar, M. R. V., de 28 años, salió del cuartel de Loiola para dirigirse a la residencia militar de Martutene en la que reside, cuando fue seguido y abordado por un individuo que le disparó. El sargento pudo repeler los disparos.

9 MILÍMETROS PARABELLUM Al cierre de esta edición, los investigadores no tenían toda la certeza de que se tratara de un atentado de la banda terrorista ETA, aunque daban "altas probabilidades" a este supuesto. Para expertos en la lucha antiterrorista, todo apuntaba, pues, a que podría tratarse de un atentado de la banda etarra. En este caso, la autoría podría atribuirse al comando Donosti.

Uno de los datos que apuntalan esta hipótesis estriba en el calibre utilizado en agresión, ya que parece seguro que se trataba de un 9 milímetros Parabellun, informó Europa Press, la munición habitualmente empleada por la banda terrorista.

Con todo, fuentes del Ministerio del Interior dijeron anoche que investigaban la autoría etarra pero que tienen "dudas razonables" y no descartaban otras hipótesis. Las mismas fuentes añadieron que existen "circunstancias" que no aclaran si la autoría era terrorista, pero no especificaron cuáles.

INTERVENIDO El herido ingresó a las 22.45 en el Hospital Donostia con una herida de bala con orificio de entrada por el pecho y salida por la espalda a la altura del hombro izquierdo. Fue el propio sargento el que confirmó que había sido agredido por una sola persona --los primeros datos indicaron que se trataba de dos atacantes-- en las inmediaciones del acuartelamiento de Loiola. El militar, que tras la agresión pidió ayuda en el mismo cuartel, tuvo que ser intervenido anoche de las heridas, pero todas las fuentes consultadas insistieron en que su vida no corría peligro.