El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) dio ayer por sorpresa la puntilla a Baltasar Garzón al iniciar los trámites para suspender su carrera judicial, después de que el juez Luciano Varela le haya colocado a los pies del banquillo por haber investigado los crímenes de Franco. El fiscal debe informar ahora sobre esta medida, aunque su dictamen no es vinculante.

El CGPJ tiene prisa por echar a Garzón de la carrera. Por ello, ha decidido saltarse su propia doctrina y, a instancias de Varela, inició los trámites de suspensión. El juez del Supremo pidió al presidente de la sala penal del alto tribunal, Juan Saavedra, que enviara su resolución del jueves al Poder Judicial, en la que rechazaba archivar el proceso por prevaricación contra Garzón.

EL IMPULSOR Juan Saavedra estaba obligado a cumplimentar esta petición, pero en su oficio advirtió a los vocales del CGPJ que el auto de Varela no es firme. También comunicó al Poder Judicial que la sala había admitido una querella contra el juez de la Audiencia Nacional para investigar si el Banco Santander patrocinó unos cursos que Garzón impartió en Nueva York entre marzo del 2005 y junio del 2006.

Los oficios llegaron el pasado lunes y ese día, en una reunión preparatoria de la comisión permanente, Margarita Robles decidió incorporar estos escritos a la reunión que ayer presidió el presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, y que integran, además de Robles, Almudena Lastra, Manuel Almenar y Antonio Dorado.

Robles defendió la apertura del proceso, aunque tuvo que superar las reticencias de Dívar. El presidente del CGPJ subrayó que este trámite no comienza hasta que se dicta auto de apertura de juicio oral o de procesamiento.

Sin embargo, la vocal --amiga personal de Varela-- le replicó que estos detalles eran intrascendentes porque no se puede comparar la actuación del Supremo con la de un juzgado ordinario, y apuntó que la negativa de Varela de archivar el proceso a Garzón indica que tiene intención de continuar con el proceso aunque esté a la espera de que la sala penal confirme su decisión.

LA CONSECUENCIA Estos argumentos convencieron al resto de vocales, que apoyaron unánimemente la decisión. La vocal Lastra, fiscal de carrera, explicó que apoyaba la medida porque confiaba en que, cuando la fiscalía emitiese su dictamen, ya sería firme la decisión de Varela se sentar en el banquillo a Garzón.

Ahora, la pelota está en el tejado del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, aunque su margen de maniobra es escaso, ya que su informe no es vinculante. La fiscalía del Supremo ha pedido repetidas veces a Varela que archive el proceso a Garzón sin ningún resultado.

Fuentes jurídicas expresaron ayer su extrañeza por esta decisión, ya que el CGPJ suele ser muy escrupuloso con el cumplimiento de las leyes. Hasta ahora, no iniciaba este trámite hasta que la decisión de sentar en el banquillo a un juez era firme. Fuentes del Supremo explican que "Garzón ha cometido muchos errores y que ya no se le perdona más". Mientras, el juez de la Audiencia Nacional explicó a sus amigos que la decisión del CGPJ "lo supera todo".