La celebración, ayer en Madrid, del comité federal semestral de los socialistas permitió escenificar la reconciliación con Cataluña que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero inició el miércoles en el debate de política general. Una táctica que el viernes se formalizó en la resolución que registró en el Congreso el grupo socialista "reafirmando" la "realidad nacional catalana tal y como se expresa en el preámbulo del Estatut", y que solemnizarán el miércoles en la Moncloa Zapatero y el presidente catalán, José Montilla.

Zapatero consideró así cerrado, o aliviado, todo conflicto con el PSC: "Estaba preocupado hace una semana. Ahora estoy optimista", concluyó.

La resolución política aprobada en el comité repite el párrafo sobre la legitimidad del preámbulo, y recuerda que esa reafirmación tiene "perfecta" cabida en el marco político y jurídico definido por la Carta Magna. Lo que deja claro que el Gobierno no tiene intención de reformar la Constitución para "dar una solución al secular problema catalán", como lo definió el viernes Montilla en el Parlament, reconociendo "explícitamente" la realidad nacional de Cataluña.

Ante el revuelo que esa reivindicación creó en Madrid, Zapatero decidió cerrar el tema. "Reafirmamos con plena convicción el modelo constitucional, que es un modelo de reconocimiento de la diversidad y capacita un alto autogobierno, a la vez que exige la igualdad de todos los españoles y la unidad de acción global del Estado", aseguró.

EL OBSTÁCULO POPULAR El propio Montilla ya matizó el viernes en el Parlament que ese cambio solo se podrá acometer "cuando se den las circunstancias" oportunas, y que no es el momento. Así lo ratificó ayer el diputado Daniel Fernández, que encabezó la delegación catalana. "Cualquier desarrollo estatutario debe hacerse dentro de la Constitución. Si hay voluntad política es posible avanzar sin reformarla", dijo. Y no habrá cambio, añadió, mientras el PP se empeñe en impedir el consenso para acometer una medida de esa envergadura.

"VOTANTES TUYOS, JOSÉ LUIS" En su discurso, Fernández habló del éxito de la manifestación y le recordó a Zapatero que, pese a la "simbología soberanista" predominante, en la marcha participaron muchos electores socialistas. "Votantes nuestros, tuyos, José Luis", enfatizó.

En el resto de intervenciones hubo referencias al fallo, pero en un tono moderado, resumido en la petición del PSC al presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, para que haga el "esfuerzo" de comprender que la sentencia genera distintas posiciones en el partido. "Nosotros hacemos ese esfuerzo de entendimiento hacia la identidad de Cataluña en una España en la que cabemos todos", resumió. El presidente del Congreso, José Bono, se erigió en portavoz del sector jacobino y criticó fuera del cónclave a los "socialistas que imitan a los nacionalistas", pero no hubo más.

Respecto a la situación económica, el jefe del Ejecutivo hizo una encendida defensa de las medidas de ajuste y de reformas como la laboral, la de las cajas de ahorro e incluso la de las pensiones y, aunque admitió que algunas decisiones han sido duras y difíciles, sostuvo que garantizarán el mantenimiento del Estado del bienestar en el futuro, informa Efe.

Precisamente esa "es y será la columna" de su proyecto político. Un proyecto que está dispuesto a mantener mediante las reformas que sean necesarias, "cueste lo que cueste", dijo.

En respuesta a algunas de las intervenciones, Zapatero garantizó que, en los presupuestos generales del Estado para el 2011, habrá algún ajuste fiscal que afectará a "lo que se debe aportar según lo que se tenga".