Hasta media docena de veces aludió ayer Mariano Rajoy al "sentimiento de nación española", ese que se comprometió a "rescatar" si consigue llegar a la Moncloa. Y lo hizo en un seminario organizado por su propio partido, dentro de los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial (Madrid), cuando su discurso giraba en torno a la sentencia sobre el Estatut y al reciente triunfo de la selección española de fútbol.

"Hace días España ganaba el Mundial y se produjo una gran explosión en la calle en defensa de la selección, de España, de las banderas... alguna gente se sorprendió. Yo no. Lo que hay en España es un gran sentimiento nacional", sentenció.

Ante un auditorio plagado de estudiantes, subrayó que su recomendación para los más jóvenes es creer en los valores del mérito, el trabajo, el esfuerzo, la dedicación, "el derecho a la vida y el sentimiento nacional". "Hay que sentir y afirmar que España es una gran nación con más de 500 años de historia", afirmó.

ENGAÑO Pero además de incidir e incidir en el sentimiento nacional, Rajoy se esforzó por convencer a los presentes en el acto académico de que toda la culpa de lo sucedido con la Carta catalana es, a su entender, del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. "En su momento, Zapatero decidió hacer eje básico de su política el aislamiento del Partido Popular y la ruptura de los consensos básicos. Hizo un Estatut engañando a Cataluña, diciendo que no habría cambios respecto a lo que aprobara su Parlamento y, después, engañando a todos, al manifestar la constitucionalidad del mismo o con su célebre frase de que quedaría como la patena", dijo.

Rajoy alertó de que insinuar que se pueden recuperar algunos de los puntos recortados del estatuto catalán aplicando leyes "de forma distinta a como hay que hacerlo" puede llevar a un país a perder "sus fundamentos o cimientos". O sea, que también se opone a dar salida por vía legislativa a algunas cuestiones que el propio Constitucional ha matizado que no pueden estar en un texto estatutario, aunque sí desarrollarse por otros cauces legales. Dicho esto, Rajoy volvió a centrarse en la crítica al jefe del Ejecutivo y le aconsejó que "no engañe" a nadie más.

"Espero que no haga más el ridículo y que busque recuperar los grandes consensos nacionales que nunca debieron perderse. Desde luego, el Partido Popular, cuando llegue al Gobierno, hará de todo esto que estoy diciendo el eje básico de su actuación", remató el presidente popular.

Tampoco quiso desaprovechar Rajoy la ocasión de arremeter contra los socialistas por su estrategia de "ocurrencias, improvisación y rectificación" ante la crisis. "Un Gobierno que se presentaba como paladín de derechos sociales afirmó a todos los españoles que lo bueno era hacer recortes sociales. Probablemente, la expresión más gráfica de este ejercicio de travestismo político haya sido Rodiezmo", aseveró, refiriéndose al tradicional acto que, en el citado pueblo leonés, suele protagonizar Rodríguez Zapatero cada año junto a UGT, y al que, este septiembre, el presidente no acudirá dado que no es bienvenido en la fiesta sindical tras aprobar una reforma laboral que, si nada lo remedia, le va a costar una huelga general.