Antonio Gutiérrez finalizó su discurso de proclamación como secretario general de CCOO haciendo un llamamiento a la unidad interna y a la vuelta al trabajo sindical después de este agitado sexto congreso confederal. Sin embargo, ambos sectores enfrentados tienen el convencimiento de que se ha cerrado en falso. Tanto Gutiérrez como el líder crítico, Agustín Moreno, reconocieron que "el enemigo está fuera, no dentro del sindicato", pero ninguno cree que haya terminado este combate después de que el sector crítico haya alcanzado el 34% de los votos.

Moreno avisó ayer que solo se ha jugado "el primer tiempo del partido". El segundo se disputará en los congresos de uniones y federaciones que se avecinan, ocho de los cuales controlan, en donde lucharán por mejorar sus posiciones.

Tampoco Marcelino Camacho dio el congreso por cerrado. Aunque no haya salido elegido presidente de CCOO, invitó a los seguidores del sector crítico, y a los afiliados en general, a "empujar de abajo a arriba".

La batalla por el poder en CCOO se ha trasladado ahora a las bases del sindicato. Según Moreno, el congreso "ha generado un revulsivo en ellas que hará avanzar al sindicato en una línea más revindicativa" y anunció que se podrá comprobar durante los próximos meses un aumento en las movilizaciones.

VICTORIA "PÍRRICA"

De hecho, el sector crítico no se siente derrotado y califica de "pírrica" la victoria de Gutiérrez poque deberá "dar muchas explicaciones a los afiliados. Hay victorias --aseguró Moreno-- que por su coste equivalen a derrotas".

Gutiérrez, en su discurso, también se dirigió a los afiliados y quitó hierro a los enfrentamientos físicos y verbales ocurridos alrededor de la figura de Camacho el pasado viernes. "Que nadie se inquiete --dijo Gutiérrez-- por lo que ha podido ver u oír aquí. Hubiera sido peor un congreso de vaselina y cara a la galería". Más tarde recordaría otros congresos polémicos, como cuando salió elegido hace ocho años sólo por el 51% de los votos.

Gutiérrez aseguró que el congreso termina "con la unidad interna reforzada" y que el sector crítico podrá "aportar ideas y críticas" en la ejecutiva del sindicato como vocales. La lista de cargos no incluye a críticos.

Agustín Moreno aceptó la derrota aunque asegura que "moralmente" han ganado este congreso porque ha aumentado su presencia en la ejecutiva de tres a siete miembros y "esto es ya un gol importante" a Gutiérrez.

Pero el sector crítico se lleva "un sabor agridulce" de este congreso por "el acto de crueldad" con la figura de Marcelino Camacho, al que no dieron "ni un minuto de tiempo para que alguien le defendiera en el estrado", dijo Moreno.

Gutiérrez salió del paso diciendo que Camacho seguía siendo "un activo del sindicato" y nadie le da de baja, pero había que aceptar la votación "democrática" que valoró la actuación de cada miembro de la ejecutiva durante los pasados cuatro años.

El reelegido secretario general de CCOO hizo un llamamiento a los delegados y afiliados a retomar "con más entusiasmo" el trabajo después de las discusiones, señalando que hay que abrir "caminos de luz frente a nuestros verdaderos adversarios fuera del sindicato" también "superponiéndose a las heridas y a los matices de este congreso".

CCOO emitirá una resolución pidiendo la participación en las elecciones del 3 de marzo y que los afilidos voten libremente "valorando la labor del Gobierno durante esta legislatura". Antonio Gutiérrez avisó al nuevo Gobierno de que CCOO está dispuesta al diálogo, pero no a las regresiones en materia de prestaciones sociales.