Alfredo Pérez Rubalcaba superó ayer con éxito la yincana que había preparado para convencer a su partido de que es vital para la economía española introducir una regla de déficit en la Constitución y aprobar cuanto antes esa reforma. Una afirmación que, para apaciguar los ánimos, acompañó de una crítica explícita a la gestión que ha hecho del tema el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Rubalcaba dijo, entre otras cosas, que él hubiera afrontado la situación de otra forma y que habría consultado "con calma" a la dirección del PSOE. El candidato insistió en la necesidad de modificar la Carta Magna por el temor de que el diferencial de la deuda se vuelva a disparar este otoño. "O la hacemos ya o no servirá para nada", aseguró.

Rubalcaba encadenó tres encuentros consecutivos con los miembros de la plana mayor del partido para dar explicaciones, cerrar filas y acudir algo más tranquilo al pleno que se celebrará hoy en el Congreso para votar la toma en consideración de la reforma constitucional.

REUNIONES MARATONIANAS A las diez de la mañana, el candidato se enfrentó al primer cónclave: el de la ejecutiva federal. La reunión acabó con el primer apoyo unánime, aunque hubo tiempo para pullas y reproches. Zapatero se esforzó por explicar el contexto en el que el Gobierno ha tomado la decisión y destacó el objetivo de dar un mensaje claro de control del gasto público a los mercados. El Ejecutivo y el PSOE temen, sobre todo, las consecuencias que pueda tener para España la emisión de 70.000 millones de euros que Italia debe hacer en octubre.

"Sé lo difícil que ha sido para Alfredo", confesó el presidente, que recordó las "muchas reticencias" que el aspirante le expresó cuando, el día 22, le explicó el proyecto. Rubalcaba recordó que, pese a que no le gustó el contenido de la propuesta, le dijo que "sí". "Dicho esto --añadió-- yo no lo hubiera hecho así, y así se lo dije al presidente". Fuentes socialistas apuntaron que Rubalcaba también destacó la necesidad de que la "vacuna" (la inclusión de la regla de déficit) tenga su efecto y les facilite la precampaña.

SOLO UN DETRACTOR Rubalcaba siguió su maratón con un encuentro con los barones, de los que también consiguió su apoyo y ante los que destacó la "responsabilidad" que ha mostrado Zapatero. Pasadas las ocho, Rubalcaba volvió a hablar a los diputados de su grupo. La charla surtió efecto, ya que solo un parlamentario socialista, el exlíder de CCOO, Antonio Gutiérrez, dijo que votará en contra.