La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, no es partidaria de sancionar a los clientes de la prostitución. En su lugar, ha abogado por "cambiar la mentalidad" de estos clientes y ha considerado que, para ello, es suficiente con informarles de que "estás mujeres (las prostitutas) no son totalmente libres". Botella reaccionaba así ante la decisión del Ayuntamiento de Badajoz de incluir en las ordenanzas municipales multas de hasta 1.500 euros a los clientes de la prostitución callejera en la ciudad extremeña.

"No hace falta penalizar, sino pensar que las mentalidades cambian, por lo que hay que hacer saber al cliente que posiblemente esas mujeres no son totalmente libres", ha insistido la alcaldesa en unas declaraciones a Telemadrid en las que ha destacado que la prostitución "va contra la dignidad de los seres humanos" y se produce "en una situación de debilidad". A juicio de Botella, informando a los clientes se puede lograr un cambio de actitud para que estos no empleen esos servicios.

El modelo sueco

Botella ha admitido que el modelo sueco contra la prostitución, que persigue y penaliza al cliente, está dando "buenos resultados", aunque ha advertido de que no será el que se aplique en la capital de España.

También ha defendido que las administraciones deben "proteger" a las víctimas, en este caso las mujeres que, por regla general, han caído en las redes de bandas dedicadas al tráfico de personas.

Una calle para Fraga

Por otra parte, la alcaldesa ha adelantado que el PP propondrá en el próximo pleno municipal que una calle o plaza de la ciudad lleve el nombre del que fuera fundador del partido, Manuel Fraga, como homenaje a una persona que fue "ponente en la Constitución, fundamental en la transición y sin cuya aportación no se puede entender la vida política española".