A diferencia de otros años, el rey Juan Carlos no se quedó esta vez al tradicional cóctel que se ofrece tras los discursos formales del acto de apertura de tribunales. El Monarca abandonó la sede judicial una vez terminado el acto en un ascensor para evitar descender por las alfombradas escaleras del alto tribunal. Juan Carlos asistió al acto apoyado en una muleta y se equivocó al dar dos veces la palabra al fiscal del Estado. Un error del que fue advertido por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Los asistentes a la ceremonia fueron recibidos a la entrada con pitidos por una cincuentena de funcionarios de Justicia.