n nuevo grupo de víctimas del avión de Spanair que se estrelló en el aeropuerto madrileño de Barajas el 20 de agosto de 2008, en el que fallecieron 154 personas, pide una indemnización por daños por valor de 7,3 millones de euros a la aseguradora Mapfre.

La reclamación, promovida por familiares de tres fallecidos y tres supervivientes del accidente aéreo, ha recaído en un Juzgado de lo Mercantil de Madrid, que aún no ha abierto el proceso.

Esta es una las demandas presentadas contra Mapfre, la aseguradora de Spanair, como responsable civil de los daños y perjuicios sufridos por las víctimas del accidente aéreo.

Mapfre ofrece a este grupo de afectados un 15 por ciento de su reclamación (un millón de euros), aplicando el baremo de accidentes de tráfico.

Este grupo de afectados por el accidente aéreo entiende que ha sufrido directa o indirectamente daños corporales (físicos y psicológicos), patrimoniales (gastos directos y pérdida de ingresos) y no patrimoniales (perjuicio moral).

El abogado de los demandantes, Carlos Villacorta, ha rechazado la propuesta de Mapfre de aplicar a los afectados por el siniestro de Spanair el baremo de accidentes de tráfico del año 1995 por considerarlo "un instrumento obsoleto con el que las aseguradoras obtienen pingües beneficios".

Villacorta ha señalado que la aplicación del baremo de accidentes de tráfico a un siniestro aéreo es "inadmisible", porque "limita la responsabilidad y coarta el principio de reparación integral del daño".

El Gobierno está en proceso de sustituir el baremo por un nuevo sistema de valoración, que en este caso se ha tomado como referencia evaluar los perjuicios de las víctimas del accidente aéreo.

En 1995, el año en que se aprobó el baremo, hubo 5.751 muertos y 35.599 heridos graves en las carreteras españolas, mientras que en el año 2010 hubo 2.478 fallecidos y 11.995 heridos graves.

El letrado ha señalado que el número de víctimas de accidentes de tráfico se ha reducido de manera drástica en los últimos años y también las indemnizaciones que pagan las aseguradoras, fijadas con el baremo, mientras que las primas de seguros han mantenido una tendencia al alza, por lo que, a su juicio, las aseguradoras están haciendo "el gran negocio" a costa de los consumidores.