El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pronunció en la madrugada de ayer un discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU) en el que instó al Reino Unido a cumplir los acuerdos vigentes en torno a Gibraltar y a abordar su descolonización, aunque con unas formas y un fondo mucho más suave del que había sugerido que iba a utilizar en este foro.

Y es que el martes, a su llegada a Nueva York, aseguró a la prensa que iba a denunciar que la colonia británica era un paraíso fiscal que tampoco respetaba la legislación medioambiental. Pero no hubo nada de eso.

Según el jefe del Ejecutivo español, este "anacronismo colonial" sigue causando "inconvenientes" a los ciudadanos de Gibraltar y de la zona adyacente. "Sobre la legitimidad que otorga la doctrina universal de esta Asamblea General, España reitera una vez más su llamamiento al Reino Unido para retomar el diálogo bilateral y la cooperación regional", añadió, poniendo fin a su discurso.

En la intervención del presidente español no hubo ni una sola mención a Irán y su programa nuclear, pese a que fue el tema principal de la Asamblea General y que Rajoy se reunió anoche con su homólogo iraní, Hasan Rohaní, aprovechando este foro. Sí habló de Siria y su situación, que se ha convertido en un "inaceptable y descorazonador" drama humanitario y en una "creciente amenaza" para la paz y seguridad regional e internacional.

Rajoy dejó claro que España desea entrar como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante el periodo 2015-2016. También se refirió al Sáhara Occidental y reclamó el derecho a la autodeterminación para este pueblo.