El líder de Podemos, Pablo Iglesias, insistió ayer ante la asamblea ciudadana del nuevo partido reunida en el pabellón de Vistalegre de Madrid que si la mayoría de los militantes vota una estrategia política distinta a la suya, se hará a un lado y se pondrá "a las órdenes de quien ha demostrado que cuenta con el apoyo de la mayoría". "Yo no soy imprescindible --sentenció--; soy un militante de Podemos, no un macho alfa".

El eurodiputado justificó su posición argumentando que el "miedo" que algunos tienen a Podemos se basa precisamente en que ellos pueden "decir que no".

"Me han preguntado por qué no estaría dispuesto a hacer de portavoz de Podemos independientemente de los documentos que salgan, independientemente del diseño organizativo y de la estrategia electoral. Porque lo que temen precisamente de nosotros es que a veces somos capaces de decir no, aunque sea más fácil decir sí", afirmó.

Una de las propuestas más controvertidas de las presentadas por el núcleo dirigente, la negativa a concurrir con su marca a las elecciones municipales de mayo, fue parcialmente matizada por el estratega del nuevo partido Íñigo Errejón, que aseguró que Podemos tendrá presencia en esos comicios a través de candidaturas que, "se llamen como se llamen", incluyan varios movimientos y colectivos, como la plataforma Ganemos.

La asamblea estableció que uno de los objetivos del partido en el futuro será exigir una auditoría de la deuda pública y privada española, lo que implica analizar lo que deben el Estado y las familias. También se votaron resoluciones para la defensa de una educación pública de calidad, la adopción de medidas urgentes contra la corrupción, el derecho a una vivienda o la imposición de una sanidad pública. Al encuentro asistieron unas 7.000 personas y fue seguido en internet por otras 150.000.