Las elecciones en Podemos son como las novelas en las que el desenlace se escribe en la primera página y, sin embargo, consiguen mantener la tensión narrativa hasta el final. Que el proyecto de partido diseñado por Pablo Iglesias iba a imponerse en la votación de los borradores resultaba harto evidente, pero los episodios se han sucedido con tal capacidad de enredo que las incógnitas resultan casi adictivas. La principal, ahora que Iglesias impone su ley, es saber qué sucede con los críticos.

De momento, certezas en mano, el líder de Podemos no tendría la necesidad de ser precisamente complaciente con ellos. El equipo fundacional, Claro que podemos, ha arrasado en los tres borradores presentados a la asamblea ciudadana con un 80,7% de los votos y ha barrido del mapa al grupúsculo rebelde en el único documento en el que ambos competían, el organizativo. Iglesias y sus colaboradores más cercanos cosecharon 90.451 votos en este borrador, el más polémico, frente a los 13.864 de Sumando podemos, que solo ha logrado convencer al 12,3% de los simpatizantes.

EVITAR LAS DISPUTAS El resultado, que se hizo público ayer a mediodía, constituye un éxito arrollador para Iglesias, porque logra imponer su tesis de liderazgo único en el partido. Además, está decidido a ejercerlo con fair play y ha trasladado a los suyos la consigna de máxima benevolencia con los críticos. Imperturbable ante las insinuaciones de pucherazo y de exceso de poder, Iglesias evita a toda costa alimentar el fuego de las disputas para no perder fuerza ante el principal objetivo que tiene en mente, ganar las elecciones generales el año que viene.

En la valoración de los resultados, la cofundadora de Podemos, Carolina Bescansa, fue especialmente cuidadosa. Recordó que "nadie sobra" y minimizó las divergencias. Sin embargo, también evitó promesas de integración de otras corrientes en las listas de Iglesias para dirigir el partido y adujo que "este tema" todavía no estaba del todo cerrado. Sí explicó, en cambio, que la elección de nombres para las candidaturas no se hará en función de la "imagen" sino de la "eficacia".

El sector crítico, encabezado por el eurodiputado Pablo Echenique, no compareció tras conocerse la derrota. Su entorno alegó que en un principio solo estaba prevista una rueda de prensa técnica --sin valoraciones--, que no habían podido hacer balance y que a Echenique no le daba tiempo a llegar.

LEALTAD Y CRÍTICAS Sin embargo, este diario pudo constatar que a las diez y media de la mañana, casi dos horas antes de la rueda de prensa, el equipo de Sumando Podemos se reunió en una terraza del barrio de Embajadores de Madrid. A esa hora, ya conocía el resultado de las votaciones, puesto que Pablo Iglesias les llamó con los datos. No se vieron personalmente. Durante la presentación oficial, Echenique y los suyos estuvieron en otra cafetería, delante del Círculo de Bellas Artes donde se realizaba el acto, pero no comparecieron. Una hora más tarde, Sumando podemos hizo público un comunicado en el que felicita a Iglesias y habla de "lealtad". Sin embargo, apostilla que se ha elegido un modelo "altamente centralizado alrededor de un fuerte liderazgo", en alusión directa a la que constituye su principal queja: el poder excesivo de un único secretario general en Podemos. El comunicado deja claro que van a continuar estando presentes en el partido.