"Compro coches a gente con problemas". No es un anuncio de las páginas de clasificados o de una web de segunda mano, sino la frase con la que Jordi Pujol Ferrusola justificó ante la comisión de investigación del Parlament el parque de coches de lujo que tiene.

Este mecanismo de compra le ha permitido adquirir desde 1997, según detalló, un Lotus L, un Mercedes Pagoda 230, un Porsche 356 Super 90, un Lamborghini Miura, un Ferrari F40, un Jaguar E, un Porsche Targa, un Ferrari 328, un Diablo, un Mercedes Benz McLaren y un Ferrari Testarrosa.

Pujol Ferrusola enumeró, uno por uno, las circunstancias de compra de cada uno de estos coches; en todos los casos los propietarios originales eran, dijo, personas con problemas económicos, y los vehículos estaban en condiciones "medio buenas", término que, apuntó, en el mundo del coleccionismo significa que "te tienes que implicar". Es el caso del Jaguar E ("absolutamente destrozado"), del Mercedes Pagoda ("en estado deplorable"), del Diablo y del Mercedes McLaren, ("los compré a personas muy apuradas", o del Testarrossa ("lo compré por amistad a una persona con una situación muy complicada").

"SÉ COMPRAR COCHES VIEJOS"

"Me gustan los coches viejos y sé comprar coches viejos", subrayó Pujol Ferrusola, que afirmó que hay gente que "tiene necesidades económicas" y que él compra coches "a personas con problemas".

En la comisión del Parlament que investiga la fortuna oculta de su familia, el primogénito del 'expresident' explicó que entre abril del 2013 y enero del 2015 ha sido objeto de una inspección de Hacienda por el periodo comprendido entre el 2008 y el 2013, en la se han detectado irregularidades muy menores, como la exclusión de su colección de coches de su patrimonio declarado.