La célula terrorista que atentó en Cataluña utilizaba una masía abandonada de Riudecanyes (Baix Camp) como centro de seguridad en que refugiarse o reunirse para planificar sus acciones, mientras que el chalet ocupado de Alcanar (Montsià) era destinado a la fabricación de explosivos.

La masía, situada en la urbanización Mar de Riudecanyes, se ha revelado como un importante centro de operaciones de la célula, por lo que los Mossos d'Esquadra han practicado un minucioso registro con el fin de hallar indicios que permitan arrojar luz sobre la organización de los atentados.

Varios indicios apuntan a que los terroristas estuvieron en la masía en las horas previas al ataque de Cambrils y que, tras comprar un hacha y cuatro cuchillos en un comercio del municipio, regresaron a la casa de Riudecanyes para quemar los comprobantes, antes de ponerse de nuevo al volante del Audi que emplearon en el atentado en la población tarraconense.

PASAPORTE Y CARNET DE CONDUCIR

Fueron unos jóvenes de Riudecanyes los que alertaron a los Mossos d'Esquadra, un día después de los atentados, de que habían encontrado en el entorno de la masía abandonada los restos de una hoguera en la que, además de los comprobantes de compra, figuraban medio quemados el pasaporte y el carnet de conducir de Younes Abouyaaqoub, autor del atropello de Barcelona, y de Mohamed Hichami, uno de los abatidos en Cambrils.