La preocupación del Gobierno por el impacto de la irrupción de Íñigo Errejón en la campaña del 10-N va en aumento. El Ejecutivo analiza desde hace días cuántos votos puede obtener la candidatura Más País y a qué electorado puede seducir, pero para afinar en el resultado necesitan confirmar primero en qué circunscripciones va a presentarse. Y en eso está la Moncloa. Hay equipos estudiando encuestas y otros elaborando qué línea discursiva mantener con el nuevo partido. En todos ellos sobrevuela un nerviosismo creciente que ni siquiera el aplauso internacional que Pedro Sánchez ha conseguido en su viaje a Nueva York ha logrado calmar.

El presidente estará de vuelta en Madrid este viernes para sumergirse directamente en la campaña electoral. Fuentes gubernamentales opinan que Sánchez ha logrado reforzar su imagen presidencialista en la visita a la ONU, pero admiten que esto no les va a bastar para hacer frente a Más País. Lo de Errejón es cosa mala, opinan en la Moncloa. Nos va a hacer mucho daño, coinciden voces en el PSOE.

A falta de afinar los estudios por circunscripciones, el Gobierno calcula que Errejón podría obtener entre veinte y veinticinco escaños con comodidad. Por una parte su irrupción no les va mal, porque creen que activará a un electorado progresista desencantado que se podría quedar en la abstención. Los primeros análisis insuficientes, insisten, señalan que Más País arrasaría en el voto joven. La mayor parte, vendría de Unidas Podemos, pero también estaría en juego casi la mitad del electorado socialista por debajo de los 24 años. Finalmente, creen que Errejón puede llevarse en algunas circunscripciones, como Madrid, incluso voto joven de Ciudadanos.

17 CHINCHETAS EN EL MAPA

Más País no desvelará hasta la semana que viene en qué provincias va a concurrir (en torno a 17), aunque el mapa empieza a dibujarse y el Gobierno mira con atención. Madrid, con Errejón a la cabeza y las tres valencianas están aseguradas. También son más que probables Coruña, Pontevedra, Palma, y una circunscripción o quizá dos en Euskadi y Canarias. Murcia es posible, pero no está cerrado. Y las dos claves: Andalucía y Cataluña. En el primer caso, Sevilla y Málaga son prioridad. También se pueden sumar Córdoba y Cádiz. El resto de provincias en esa comunidad están descartadas.

La duda más relevante es Barcelona. Reparte 32 escaños, pero supone competir con los comuns y afrontar de lleno la espinosa cuestión territorial en el discurso. Errejón escucha estos días a voces a favor y en contra de presentarse en la plaza de Ada Colau. Algunas desde Madrid y otras desde Barcelona.

Mientras el líder de Más País coloca chinchetas en el mapa, el Gobierno estudia también cómo tratar esa candidatura. De momento, la Moncloa ha optado por reforzar la imagen presidencial de Sánchez como el único dirigente que puede formar un gobierno estable ante la inminencia del frenazo económico y evitar referencias a Errejón. Tratan de encasillarlo en el mismo espacio electoral de Pablo Iglesias.

Asistimos a una recomposición del espacio político que representó en el pasado Unidas Podemos y sus confluencias. Lo vemos desde el PSOE con cierta distancia, con respeto, sin voluntad de inmiscuirnos en asuntos internos de otras fuerzas políticas. Nosotros estamos volcados en la importancia de formar un gobierno coherente, que ponga fin a la provisionalidad, contestó en Nueva York Sánchez al ser preguntado por Más País.

Voces gubernamentales reconocen que la respuesta es imperfecta porque Errejón se ha desmarcado tanto de Iglesias que el electorado ya no le percibe como lo mismo. De hecho, el argumentario de la Moncloa ha criticado al líder de Podemos por haber apoyado a la candidatura de IU en el ayuntamiento de Madrid frente a la de Manuela Carmena, hecho que evidencia que Iglesias y Errejón compiten, no reman juntos. De momento, no ha habido ataques a Más País.