A las puertas del colegio Nuestra Señora del Pilar, epicentro del voto al Partido Popular en el acomodado distrito de Salamanca, la fila no hacía más que aumentar cuando faltaban 5 minutos para la apertura de las urnas. Luego, todo avanzaba con rapidez gracias a los voluntarios covid y a los apoderados que repartían con diligencia mascarillas, gel e instrucciones para dirigir a los votantes hacia sus mesas electorales. 

Gente de diferentes edades que, sin hacer explícito el contenido de su papeleta, compartían un mismo deseo: que las cosas sigan como están. Que el único cambio sea quitarse la “rémora” de Ciudadanos, en palabras de Antonio, un veterinario jubilado de 76 años a quien la áspera y bronca campaña electoral no parece haberle influido un ápice. 

“En campaña todo el mundo exagera. La gente lo tiene claro antes de ir a votar”, prosigue el jubilado, convencido de que la comunidad de Madrid dará el primer paso para “frenar” al Gobierno de Pedro Sánchez. “Me preocupa España. Este PSOE no es el de Felipe González”, dice. 

En un distrito con una renta bruta media de 95.492 euros donde el PP cosechó en las autonómicas del 2019 casi un 37% de los votos, a María, una decoradora de 30 años y madre de dos hijos, le gustaría que el próximo gobierno regional siguiera la misma línea que el actual y ayudase más a las familias. Laura, una abogada de 41 años, espera un equilibrio entre salud y economía . 

La campaña electoral, que tilda de “cruenta y vergonzosa” ha reafirmado el voto de Laura. “Es pura demagogia decir que en el barrio de Salamanca todos somos 'cayetanos'. Yo todo lo que tengo lo he conseguido trabajando. No se puede hablar como si fuéramos todos unos fascistas” se indigna.

En la fila hay tres monjas carmelitas de mediana edad que lo que quieren es la unidad de España. “Vamos a votar en conciencia, según nuestra fe y, sobre todo, vamos a rezar por España, por el bien de todos y por la salvación de las almas. Su voto- dice una de ellas- será acorde con el Evangelio.

La mañana avanza y el bullicio anima el pulcro y ordenado Mercado de la Paz. En 'Casa Dani' no paran de servir cafés, pinchos de tortilla y alguna que otra copa mientras Teresa, de 54 años, va y viene del mostrador en el que venden comida para llevar.

“Tengo amigos en la hostelería en Catalunya y en Castilla La Mancha que se han arruinado. Gracias a Dios en Madrid nos dejan trabajar y no estamos peor que otros sitios en contagios, así que estamos agradecidos porque hemos evitado que 20 familias se queden en el paro”, comenta.

Unos puestos más allá, al frente de Mariscos y congelados La Central, Joaquín admite que está contento con Ayuso. “Yo soy obrero, vivo en Entrevías, llevo casi 40 años aquí y tenía claro a quien votar. Desde que está esta mujer, en Madrid se trabaja bien. La vida es normal y corriente, quitando el toque de queda. Si vas a otras comunidades no tienes estos horarios”.

El modelo económico de Madrid

El bolsillo es lo que se toca un empresario mallorquín de mediana edad que acude a votar con su hijo al Instituto de Enseñanza Secundaria Beatriz Galindo cuando se le pregunta por el tema del día. Admite ser un votante “transversal” que antes apoyó al PSOE y a Cs. Ahora, movido por los intereses de su empresa familiar de distribución comercial, tiene claro que su candidata es del PP. 

“Aquí se abre 365 días al año y no hablan, como hace ERC, de una armonización fiscal. Nos interesa el modelo económico de Madrid”, subrayan al unísono padre e hijo. ¿Y si Ayuso necesitara el apoyo de Vox para gobernar?  “El fin justifica los medios”, responden.

Detrás de una mascarilla de tela negra con banderitas españolas, hay una ama de casa de 76 años casada con un ingeniero naval y madre de familia numerosa. “Yo lo que quiero es que tengamos democracia de verdad, porque lo de ahora es un timo. No en la comunidad de Madrid ¿eh? Aquí, gracias a Dios, tenemos a una señora con lo que muchos hombres no tienen. Ya era hora!  

En el feudo popular hay, no obstante, algunos rebeldes. Asier, pedagogo de 32 años en paro, es uno de ellos. "Mi voto es para Mónica", responde nombrando con cierto aire de familiaridad a la candidata de Más Madrid. "Hace política para la gente. Sin ruido. Es hora de cambiar", sentencia.